A 39 años del asesinato de Mons. Angelelli

lunes, 3 de agosto de 2015
image_pdfimage_print

Monseñor Angelelli

04/08/2015 – Hoy se cumplen 39 de la muerte de Monseñor Angelelli, el obispo de La Rioja, mártir, asesinado durante la última dictadura militar.  Su sangre derramada, como la de sus compañeros mártires de Chamical, siguen siendo testimonio vivo del evangelio. Compartimos algunos de sus escritos, poemas y oraciones, que leídos en perspectiva toman una nueva dimensión.

Oración de la Nochebuena

Señor…
yo te pido esta noche,
que nos des a cada uno de nosotros,
valentía, coraje y decisión.

Porque hay muchas cosas por hacer
casas dignas para tantos que son tus hijos,
hay que hacer y buscar fuentes de trabajo
porque no hay pan.

Hay que buscar, no sé cuántas soluciones,
para curar las enfermedades,
y hay que solucionar los problemas
de la educación y el descanso.

¡Cuántas cosas
te tendría que pedir esta noche!

Señor, yo te pido por mí mismo,
una cosa fundamental:
que me hagas fiel,
que no me canse nunca
de pronunciar tu nombre.
Y caminar con mi pueblo,
ayudándole a que todos pechemos juntos.

Amén

Enrique Angelelli
Misa de Nochebuena
La Rioja 1971

Aniversario de una Unción

Un gesto maduró el Misterio en un hombre
y ungió una vida para una misión;
un Cayado y un Libro iluminaron el camino
para que un pueblo encontrara el Amor.

Fueron jornadas con sabor a Cruz,
fueron racimos maduros para Tí, Señor.
La Unción se hizo Misterio
en la Carne y en la Sangre de Dios.

El Cayado animó la marcha,
el Libro encendió la Luz,
las manos abrieron los surcos
para el hombre necesitado de amor.

¡Doce jornadas… son tuyas, Señor!
Me llamaste para que fuera testigo…
soy débil, soy pobre y con temor.

Tú me dices: “¡No temas!… mi amor te ungió;
no es tuyo lo que llevas… apura la marcha…
te basta mi Palabra… lo demás es ilusión”.

También Felipe y Juan, Pedro y Pablo,
aprendieron que el llamado es Misterio,
es muerte, es vida y es misión…
para que en Tí el pueblo encontrara el camino,
en tu Cayado, en tu Libro y en tu Unción.

Y mientras se duerme la tarde de esta jornada
y se perfuma de aceite todo esto que soy yo…
por el Cayado, por el Libro y por la Unción,
déjame que te lo diga: ¡Muchas gracias, Señor!

Enrique Angelelli
12 de mayo de 1973
en el duodécimo aniversario
de mi Consagración Episcopal
versos inspirados al despuntar el
amanecer de este día