Diálogo y oración, las prioridades para superar la crisis entre el campo y el gobierno

viernes, 4 de julio de 2008
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Ante la prolongación del conflicto del campo, varios arzobispos reiteraron el llamado tanto al Gobierno nacional como a los productores rurales a encarar un diálogo “sin presiones” que permita alcanzar una solución definitiva, sin dejar de convocar al rezo permanente de la Oración por la Patria.

El arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, volvió a considerar al diálogo como la herramienta más importante para superar la crisis agropecuaria, y recordó que “tener gestos de grandeza no es signo de debilidad”.

“No es signo de retroceder. Es, al contrario, un gesto que ennoblece a las personas que son capaces de llevar adelante estos gestos”, subrayó.

El prelado cordobés estimó, además, que para resolver el actual conflicto es necesario “un diálogo que se realice sin presiones, pero con voluntad de escucharse mutuamente”.

Tras señalar que “en nuestra oración, le podemos pedir al Señor que tenga compasión que se compadezca de nuestra patria, tan dolida, tan probada”, sostuvo que “no es tiempo para ahondar en discursos, sino para rezar, para pedirle al Señor que toque los corazones de todos los argentinos, que todos nos sintamos de alguna manera involucrados en este momento difícil y aportemos según nuestras posibilidades”.

“Señor, compadécete de nuestra patria, compadécete de todos nosotros, y ayúdanos para que podamos salir de estas dificultades, y salir de manera airosa”, rogó.

Súplica permanente por la patria

El arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, pidió que la Oración por la Patria y el Rosario sean “una súplica permanente”, en el actual contexto de tensión social por el conflicto del campo.

En una carta, el prelado pidió “una vez más que recemos la Oración por la Patria, si es posible al terminar cada misa, junto con nuestros sacerdotes”, y exhortó a pedirle a “Jesucristo, Señor de la historia, con una oración confiada, la sabiduría del diálogo y la esperanza que no defrauda, para poner bajo su mirada protectora las preocupaciones presentes relativas a nuestro campo, al bien común, y a la unión de los argentinos”.

También invitó a rezar el Rosario, en parroquias, capillas y en las familias, pidiendo por “la serenidad y el diálogo sin confrontaciones”.

“En estos días, la oración del Rosario debe ser una súplica permanente, que nos permite contar con la mirada maternal de María, y nos invita a vivir unidos y a salir adelante de esta situación; sin olvidar a los más necesitados y a los que sufren más”, subrayó.

Monseñor Mollaghan invitó a los miembros de otras confesiones religiosas,   a “rezar por la paz de nuestra Nación”, especialmente por “sus instituciones, con el deseo de construir la Patria en paz, bajo la protección de Dios nuestro Padre, por el que somos también hermanos”.

Sin diálogo, el vínculo social se resquebraja

El arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, advirtió que cuando "los canales se cortan, el vínculo social se resquebraja. No hablamos. Las posiciones se endurecen y nos cuesta", por lo que consideró necesario sentir el llamado a ser "constructores de una sociedad distinta porque el Reino de Dios está entre nosotros".

"En un momento como el que vivimos, diría que instintivamente intentamos tomar actitudes defensivas. Es lógico, nos estamos agrediendo. Necesitamos detenernos y mirar a Dios que es la fuente de la libertad y de la dignidad. No tener miedo a Dios ni a su ley y no tenernos miedo entre nosotros y poder empezar a dialogar, poder empezar a pensar una sociedad", aseveró.

Sumar la gran fuerza para la paz que es la oración

El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Delgado, pidió a los cristianos y creyentes de todos los credos que “sumen la gran fuerza para la paz que es la oración llena de fe por la Patria argentina, con anhelos sinceros de justicia”.

Tras señalar que “se necesita un acto de grandeza de todos los argentinos, de todos los ciudadanos, especialmente de los responsables de las instituciones republicanas democráticas de la Nación”, subrayó que “todos deben sumar la responsabilidad pública que han asumido para destrabar al país de este conflicto incomprensible que afecta al bienestar de todos sus habitantes, que lastima al bien de todos”.

“No se dejen engañar por los que predican la violencia y la vuelta a las armas. No repitamos la triste y dolorosa experiencia de nuestra historia reciente. Sepamos aborrecer el odio y, en cambio, seamos constructores de paz, de entendimiento, de respeto, de diálogo. Hoy más que nunca necesitamos la sabiduría del diálogo, comprometernos con la verdad y con el compromiso por el bien común”, enfatizó.