María, modelo de catequista

miércoles, 21 de agosto de 2013
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¡Saludamos de un modo especial a todos los catequistas en su día! A aquellos que formalmente dan clases de catequesis, pero también a todos los que día a día transmiten el evangelio con el testimonios de sus vidas. En el día del catequista, compartimos una reflexión del Padre Javier Soteras del programa "Catequesis".

María nos enseña a ser catequistas


María es la primera catequista, la anunciadora del misterio. Con su actitud catequística sale después de haber escuchado la Palabra y de haberla recibido en su corazón y este haberse hecho carne en su seno va camino hacia un proceso para proclamarla y anunciarla.  La anuncia con su presencia, que despierta en Isabel la captación del anuncio que surge de quien lleva dentro María, Jesús.

Así es el proceso catequístico, supone una escucha de la Palabra en el contexto en que esta resuena, en este caso en la maternidad de estas dos primas y en relación a ese contexto la Palabra viene a iluminar, viene a mostrar camino y después de ser recibida y escuchada, es celebrada. La Palabra recibida es proclamada, la Palabra proclamada en el contexto donde viene a iluminar termina por ser celebrada: “Mi alma canta la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha mirado la humildad de su servidora.”

María catequista viene al encuentro de nuestros catequistas para llenar sus corazones de éste don maravilloso. Queremos invitarte a renovar ese don descubriendo cómo el Señor te ha llamado personalmente junto a María, a anunciar la Palabra, cómo esta vocación es gracia como en ella y don del Espíritu Santo… La vocación catequística, es el llamado personal a anunciar la Palabra, la presencia del Espíritu y el don profético que se encierra en este ministerio.

Vos que llegaste a esa situación de hoy estar prestando el ministerio, tal vez el mas bello que hay dentro de la comunidad eclesial, es este de ser catequista al servicio de la Palabra, es posible que no lo sepas o no te puedas dar cuenta tan rápidamente de cómo es que te encontrás prestando este servicio. Como le pasó a María que fue sorprendida por esta presencia del Espíritu que tomó su corazón y de repente se vio embarazada de Dios, llena de la Palabra para ser anunciada, tan llena y desbordante que rápidamente se pone en camino para anunciarle a Isabel el misterio que a ella la tiene embargada en el corazón.

 

Ser catequista, un llamado


Tal vez ni vos sepas cómo es que llegaste a este lugar y hasta visto de un modo superficial puede parecer que fuera por casualidad, pero en realidad, nada a los ojos de Dios ocurre por casualidad, sobre todo cuando Él elige a sus colaboradores inmediatos como lo sos vos querido catequista.

Jesús pasa una noche en oración antes de llamar a sus discípulos, subió al monte a hacer oración, en otra ocasión les afirma: “No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes”. Ha sido el Señor quien de una u otra forma que ha ido entretejiendo esa sabia trama de circunstancias que te hicieron saber que Él te llamaba.

Tal vez no te hayas percatado pero en ese mismo impulso interior tuyo estaba presente Él como lo estuvo en María cuando rápidamente salió al encuentro de su prima Isabel para proclamarle la Buena Noticia que tenía ahora en lo mas hondo de su ser, has elegido la propuesta de Jesús y ahora sos catequista.

Que no sea la tuya de esas elecciones resignadas a una invitación que te llega tal vez creada desde el vacío, o la de un compromiso que surge "así fue y lo elegí. Ahora tengo que seguir adelante" sino que sea un profundizar. María, la Madre de Dios, tu Madre, viene a mostrarte el modo de entenderte en esta vocación que su hijo Jesús te ha regalado.


María, modelo de catequista

Ella es la primera catequista, y para serlo te muestra el camino, el de la escucha de Palabra, el de la reflexión desde la escucha y desde los acontecimientos que la rodean, el anuncio de la Palabra y la celebración del misterio que se ilumina.

María te muestra que para ser catequista como ella hace falta actitud de escucha, actitud de discernimiento, dejarse llevar por ella y celebrar lo que la vida te ofrece como lugar para ser celebrado. Que esta vocación tuya, de las más importantes dentro de la comunidad de la Iglesia,  sea una fiesta.
En un documento del Episcopado italiano se dice “La vocación profética de cada uno de los miembros del pueblo de Dios tiene su origen en la consagración bautismal a Cristo, se desarrolla y se especifica a través de los otros sacramentos a través de ministerios diversos".  Oor lo tanto, todo cristiano es responsable de la Palabra de Dios según su vocación y sus circunstancias vitales. Se trata de una responsabilidad enraizada en la vocación cristiana, que brota del bautismo y es solemnemente vigorizada en la confirmación, se califica de manera singular con el matrimonio y en la ordenación sagrada, y se sostiene con la Eucaristía.

 
 
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La formación del catequista


Esta responsabilidad en torno a la Palabra en el pueblo de Dios es conferida a cada uno de nosotros por el Espíritu según la propia vocación. Desde esta perspectiva hay que entender el llamado, la vocación a ser catequista, es un encargo que proviene de la gracia bautismal y no de una situación o de un estado de vida particular, sino del don común en la gracia bautismal.

Es una consagración que toma a la persona toda como el don del bautismo. Para este servicio Dios da su gracia para llevarlo adelante. Para que esa vocación catequística alcance su desarrollo, crecimiento y plenitud se necesita el trabajar la tierra, y es justamente el itinerario de formación que va haciendo el catequista a través de su comunidad en las distintas instancias en las que se debe incluir la formación.

Una formación que no es teórica, que no es técnica, que no solo es metodológica, es espiritual y personal, para que el instrumento pueda prestar sus servicios a donde es enviado como profeta en su propia tierra, a anunciar la Buena Noticia.

La espiritualidad catequística que se desarrolla en una determinada persona, que también debe trabajar algunos aspectos propios de su ser personal para que este don no caiga en saco roto sino que pueda encarnarse según el desarrollo, crecimiento y madurez personal. También hay que formarse en la aplicación de toda la ciencia pedagógica asumida por la catequesis para que verdaderamente el servicio que se presta pueda ser de calidad.

En este sentido todos los cursos y proceso de formación, en la comunidad y mas allá de ella son claves a la hora de poder prestar bien el servicio. También es importante el poder darle un tiempo a la oración de preparación del encuentro catequístico utilizando todos los elementos que hacen falta metodológicamente para poder llegar al que es el destinatario del mensaje.

En este sentido importa mucho lo que doctrinalmente vamos a dejar como contenido de mensaje pero importa también para que esto sea posible, la consideración de acerca de quién es aquel a quién le vamos a acercar el mensaje. En este sentido, Jesús que seguramente ha aprendido de María el modo de llevar adelante el servicio de la evangelización y su catequesis, nos deja más de un ejemplo de cómo en un proceso de diálogo, de encuentro y con una determinada pedagogía se puede pasar de una conversación superficial sobre "de qué hablan por el camino" a terminar por celebrar con los peregrinos que van entristecidos el pan de la Eucaristía partiéndolo porque se lo piden “Quédate con nosotros Jesús porque el día se acaba, se nos hace tarde”.

Jesús nos muestra cómo una conversación así “Tengo sed, dame de beber” como le dice a la samaritana termina por revelar el misterio de su mesianismo en alguien que de suyo aparentemente no estaba preparada para recibir semejante noticia, sin embargo en el proceso de conversación y de encuentro lo consigue.

La catequesis es eso, un lugar de revelación del misterio de Dios y del misterio de la persona, es un lugar de encuentro entre Dios y el hombre en las circunstancias en las que la persona se encuentra y por eso la consideración del sujeto catequizado.

Que el Señor nos renueve en este don de evangelización que es la catequesis.

 


Padre Javier Soteras
Director de Radio María Argentina