Tan solo a dos pasos de la beatificación del Cura Brochero

lunes, 14 de mayo de 2012
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Solo restan dos pasos que llevarán al Cura José Gabriel del Rosario Brochero a los altares como beato, luego que la semana pasada la Junta Médica de la Santa Sede, constituída por la Congregación Pontificia para las Causas de los Santos, reconociera que la curación atribuida a la intervención del sacerdote cordobés "supera a la ciencia médica" y se puede considerar como un “milagro”. Lo que viene será una junta de teólogos que analizará si todo lo realizado se hizo de acuerdo a la fe, es decir, que se determine la relación causa-efecto entre la oración pidiendo la intercesión de Brochero y la curación del niño. En caso de ser favorable este veredicto, un grupo integrado por cardenales y obispos tomarán el pedido de la junta de teólogos y le pedirán al Santo Padre la beatificación de Brochero. Todo esto es probable que ocurra en setiembre próximo.

La sanación de un niño tras un grave accidente es el milagro que seguramente le permitirá al “Cura Gaucho” ser declarado beato en breve, muy posiblemente a inicios del 2013. El acto central por la beatificación se realizará casi con seguridad en Villa Cura Brochero, en el corazón de Traslasierra, en las sierras cordobesas.. Hace diez años, este niño sufrió un accidente grave en la Ciudad de Córdoba, con paros cardiorrespiratorios serios y prolongados. Lo milagroso del caso es que el pequeño mejoró sorpresivamente tras las oraciones "en favor de la vida" encomendadas al Cura Brochero.

Con su clásica imagen a lomo de mula y vestido con poncho, atravesando el valle de Traslasierra, Brochero es conocido como el "cura gaucho" y muchos en la Iglesia Católica de Argentina lo consideran modelo de sacerdote. Nacido en 1840 en la localidad cordobesa de Santa Rosa del Río Primero, fue el cuarto hijo de diez criados en una familia católica. Brochero se ordenó sacerdote en 1866. Como ayudante de la catedral de Córdoba, le tocó confortar a los afectados por una epidemia de cólera. Maestro en filosofía, fue prefecto de estudios del seminario local. Durante más de 50 años cruzó las sierras de la provincia para asistir enfermos, salvar vidas, contribuir al desarrollo de la región y llevar la palabra de Dios en medio de dificultades

Promovió una casa de retiros, por la que pasaron más de 70.000 fieles, en la ciudad que hoy lleva su nombre: Villa Cura Brochero, pegada a Mina Clavero. Creó una escuela para niñas, construyó caminos e impulsó la extensión del ferrocarril, entre otras obras. Murió en 1914, enfermo de lepra, contraída luego de visitar a un enfermo y compartir unos mates, en plena misión pastoral.

El Cura Brochero se hizo conocido también por las gestiones que hizo ante el entonces presidente Miguel Juárez Celman para pedir el indulto del criminal Santos Guayama y darle oportunidad de regenerar su alma en la casa de ejercicios espirituales. Pero no pudo evitar que Guayama fuera fusilado.

En otra ocasión, cruzó con su mula el río Panaholma, que estaba crecido y amenazante, para dar auxilio espiritual a un enfermo grave. Le vendó los ojos a la mula y le dio para adelante. "Cualquier día voy a permitir que el diablo me lleve un alma", contó al explicar su actitud. El “alma” que mencionaba ¡era la suya! Así de arriesgado era Brochero a la hora de dar la vida con tal de evangelizar.