Un bebé en el Sínodo de la Familia

martes, 6 de octubre de 2015
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Niño en el sínodo

06/10/2015 –  Ya se está desarrollando la última parte del Sínodo de obispos dedicado a ”La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo” (4-25 octubre 2015), en medio de debates, miradas y oración pidiendo la acción del Espíritu Santo. Una curiosidad ha sido la presencia de un bebé en la apertura del XIV Asamblea general ordinaria del sínodo de los obispos.

Se trata de Davide, hijo de una pareja que participa como auditores de la gran reunión. “Davide se ha vuelto la adoración de obispos, todos quieren una foto con el padre sinodal más joven de la Asamblea”, contó el padre Manuel Dorantes, asistente de la dirección para el idioma español de la oficina de prensa del Vaticano.

El llanto y las sonrisas del pequeño cambiaron el aire solemne de la Asamblea. Ayer en la mañana los padres del niño, Patricia y Massimo Paloni, comprometidos en la pastoral familiar y la misión entraron al  Sínodo acompañados por el más pequeño de sus 12 hijos.

Guardando silencio, después de una buena mamadera, el bebé de 4 meses concedió al Papa Francisco hacer su discurso de apertura. Arropado con una manta de algodón el chiquillo vivió cómodamente el histórico evento que exige gran atención a los 270 padres sinodales de los cuatro continentes.

En la pomposa aula, luego Davide pidió la atención de mamá Patricia y estuvo en brazos durante otro rato. Y sin pedir algún protagonismo se ha convertido en el símbolo de la primera jornada del Sínodo.

Mientras que cardenales, arzobispos, sacerdotes, religiosos, expertos hablan en la pausa para discernir sobre los cuatro puntos fuertes expuestos en la relación de apertura del relator general, la mamá de Davide prepara el segundo cambio de pañal. Una maleta llena de talco, pañuelitos y otras cosas útiles cuando se sale de casa.

Los padres de Davide son romanos, desde el año 2004 son misioneros en Holanda, en la diócesis de Roermond, en Maastricht. Pertenecen al Camino Neocatecumenal. Davide es el último de una docena de hijos. El mayor tiene 19 años y va a la universidad.

 

 

“De aquí quisiéramos llevarnos una conciencia muy fuerte para la atención no sólo a los divorciados vueltos a casar, sino a toda clase de familias heridas. Queremos que nuestros pastores, los obispos y los cardenales, hagan una pastoral familiar desde el corazón”

 

Clara Rubio, Andrés Galindo López y su pequeño Davide
matrimonio mexicano
auditores

 

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Fuente: Aleteia