Brochero, un hombre de dolores – P. Rossi sj

martes, 19 de julio de 2016
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19/07/2016 – El P. Ángel Rossi en una charla sobre el Cura Brochero, habla de sus dolores y de cómo enfrenta su pasión uniéndose a Jesús. ¿Cómo enfrentó sus dolores y desencantos? Eso nos lo cuenta el P. Ángel en este audio de poco menos de 20 minutos que ahora presentamos.

Brochero escribe

Dice el P. Ángel “Brochero sabía que la primera condición para empezar los Eercicios Ignacianos era la disponibilidad, el estar dispuestos a la parte dolorosa si Dios lo quiere y sólo si Dios lo quiere. Nadie es disponible dice Ignacio, sino que nos hacemos disponibles. Esto es lo que vivió Brochero”.

El P. Ángel recuerdo la carta de Brochero al Sr. Obispo de Santiago del Estero Dr. Yañiz Martín cuando le dice

“Recordarás que yo sabía decir de mí mismo, que iba a ser tan enérgico siempre, como el caballo chesche que se murió galopando; pero jamás tuve presente que Dios Nuestro Señor es y era quien vivifica y mortifica, quien da las energías físicas y morales y quien las quita: pues bien, yo estoy ciego casi al remate, apenas distingo la luz del día, y no puedo verme ni mis manos, a más estoy casi sin tacto desde los codos hasta la punta de los dedos y de las rodillas hasta los pies, y así otra persona me tiene que vestir o prenderme la ropa; la Misa la digo de memoria, (…) me cuesta mucho hincarme y muchísimo más levantarme, a pesar de tomarme de la mesa del altar. Ya ves el estado a que ha quedado reducido el chesche, el enérgico, el brioso.
(…) “Pero es un grandísimo favor el que me ha hecho Dios Nuestro Señor en desocuparme por completo de la vida activa y dejarme con la vida pasiva; quiero decir que Dios me da la ocupación de buscar mi último fin y de orar por los hombres pasados, por los presentes y por los que han de venir hasta el fin del mundo”. ¡Qué maravilla de aceptación! Aceptar en lugar de renegar de lo que Dios le daba”.

Dice el sacerdote jesuita que el Cura Brochero va haciendo un “trabajito” interior hasta llegar a agradecer su dolor. En el momento que se acepta, se agradece.