“La alegría del cristiano se vive en la esperanza; eso es la paz”

viernes, 30 de mayo de 2014
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30/05/2014 – “Jesús prometió a sus discípulos que cambiaría su tristeza en alegría”, recordó el Papa en la misa de la Casa Santa Marta. Francisco destacó que “la alegría no se puede comprar, sino solo recibir como don del Señor”. “San Pablo era muy valiente porque tenía la fuerza del Señor”, agregó.

No obstante, el Papa Francisco indicó que algunas veces también el Apóstol de los Gentiles tenía miedo. "Nos sucede a todos nosotros en la vida, un poco de miedo", observó. Y uno se pregunta si "no sería mejor rebajar un poco el nivel y ser un poco no tan cristiano y buscar un compromiso con el mundo". El Papa recuerda que Pablo sabía que lo que "él hacía no gustaba ni a judíos ni a paganos" pero no se detiene y por eso debe soportar problemas y persecuciones. Esto, ha añadido Francisco, "nos hace pensar en nuestros miedos, en nuestros temores". Y recuerda que Jesús en el Getsemaní también tuvo miedo, angustia. En su discurso de despedida -ha indicado Francisco- a sus discípulos dice claramente que el mundo se alegrará por sus sufrimientos, como sucederá con los primeros mártires al Coliseo.

El Papa lo ha explicado así: "debemos decir la verdad: no toda la vida del cristiano es una fiesta. ¡No toda! Se llora, muchas veces se llora. Cuando estás enfermo, cuando tienes un problema en la familia con el hijo, con la hija, la mujer, el marido; cuando ves que el sueldo no llega al final del mes y tienes un hijo enfermo; cuando ves que no puedes pagar la hipoteca de la casa y os tenéis que ir… Muchos problemas, muchos problemas que tenemos. Pero Jesús nos dice: '¡No tener miedo!' 'Sí, estaréis tristes, llorareis y también se alegrará la gente que es contraria a ti".

Pero también hay otra tristeza de la que el Papa ha hablado: la tristeza que nos viene a todos nosotros cuando vamos por un camino que no es bueno. Cuando, "por decirlo sencillamente", "vamos a comprar la alegría, la del mundo, la del pecado, al final hay un vacío dentro de nosotros, está la tristeza", recuerda el Papa. Y esta -ha especificado- es la tristeza de la falsa alegría. Sin embargo, la alegría cristiana es una alegría en la esperanza, que llega; ha subrayado Francisco.

"En el momento de la prueba nosotros no la vemos. Es una alegría que es purificada por las pruebas y también por las pruebas de todos los días: 'Vuestra tristeza cambiará en alegría'. Pero es difícil cuando vas donde un enfermo o una enferma que sufre mucho, decir: ¡ánimo, ánimo. Mañana tendrás alegría!' No, ¡no se puede decir! Debemos hacerlo sentir con lo ha hecho sentir Jesús. También nosotros, cuando estamos en la oscuridad, que no vemos nada: 'Lo sé Señor, que esta tristeza cambiará en alegría. ¡No sé cómo, pero lo sé! Un acto de fe en el Señor. ¡Un acto de fe!", ha explicado el Santo Padre.

Para entender la tristeza que se transforma en alegría -ha proseguido el Pontífice- Jesús toma como ejemplo la mujer que da a luz: "Es verdad, en el parto la mujer sufre mucho pero después cuando tiene al niño consigo, se olvida". Y lo que permanece, por tanto, es "la alegría de Jesús, una alegría purificada". Esta es la "alegría que permanece".

Prosigue el Santo Padre observando que es una alegría "escondida en algunos momentos de la vida, que no se siente en los momentos feos, pero que viene después: una alegría en la esperanza". Por tanto, este es el mensaje de la Iglesia de hoy: "¡no tener miedo!"

Y así, concluye la homilía del hoy del Obispo de Roma: "ser valiente en el sufrimiento y pensar que después viene el Señor, después viene la alegría, después de la oscuridad llega el sol. Que el Señor nos dé a todos esta alegría en la esperanza. Y el signo de que nosotros tenemos esta alegría en la esperanza es la paz. Cuántos enfermos, que están al final de su vida, con los dolores, tienen esta paz en el alma… Esta es la semilla de la alegría, esta es la alegría en la esperanza, la paz. '¿Tú tienes paz en el alma en el momento de la oscuridad, en el momento de las dificultades, en el momento de las persecuciones, cuándo todos se alegran de su mal? ¿Tienes paz? Si tienes paz, tu tienes la semilla de esa alegría que vendrá después'. Que el Señor nos haga entender estas cosas".

En otro orden, se conoció que Francisco se reunirá con los líderes religiosos del Protestantismo, Catolicismo, Budismo, WonBudismo, Cheondonismo, Confucionismo y el Consejo Nacional de Iglesias de Corea, durante su viaje a Corea del Sur previsto del 14 al 18 de agosto. El Cardenal del país asiático, Andrew Yeom Soo-jung, mantuvo un encuentro con los líderes de los siete grupos religiosos del país y los invitó a asistir a la misa que el Papa celebrará en la Catedral de Myeongdong, en Seúl. El cardenal surcoreano les anunció también que Francisco quiere reunirse con ellos antes del inicio de la celebración eucarística.

Por otra parte, el Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, afirmó que “junto al Papa Francisco hemos acordado dejar como herencia a nosotros mismos y a nuestros sucesores encontrarse en Nicea en el 2025, para celebrar todos juntos, después de 17 siglos, el primer Sínodo realmente ecuménico, de donde salió el Credo".

Bartolomé se encontró con Francisco en Tierra Santa 50 años después del abrazo entre Pablo VI y Athenágoras. El encuentro del 1964 rompió un largo silencio de siglos entre el oriente y el occidente cristiano, con todas las consecuencias sociopolíticas que se plantearon. El encuentro en el Santo Sepulcro de estos días ha dado de nuevo un impulso al diálogo entre católicos y ortodoxos. "El diálogo para la unidad entre los católicos y los ortodoxos -ha dicho Bartolomé- sale de nuevo de Jerusalén. En esta ciudad, en el próximo otoño, habrá el encuentro de la Comisión mixta católico-ortodoxa, hospedado por el patriarca griego-ortodoxo Teófilo III. Es un camino largo en el que todos deben comprometerse sin hipocresías".

 

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