“El padre de la mentira es un seductor. El pastor, no, el pastor ama”

jueves, 22 de junio de 2017
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22/06/2016 – Un pastor debe ser apasionado, debe saber discernir y también debe saber denunciar el mal. Lo dijo el Papa Francisco en su homilía de la Misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.

El Papa se detuvo a considerar la figura del Apóstol Pablo para dirigir después su pensamiento al ejemplo que ofreció Don Milani. “Como el párroco de Barbiana  – dijo Francisco – es necesario acudir  al prójimo, pero sin buenísmos ingenuos.

El Papa se inspiró en la Primera Lectura – tomada de la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios  – para detenerse en las características que debería tener un pastor. Y, de hecho, en San Pablo encontró la figura del “pastor verdadero”, que no abandona a sus ovejas como haría, en cambio, “un mercenario”. E indicó que la primera cualidad es ser “apasionado”. Apasionado “hasta el punto de decir a su gente, a su pueblo: ‘Yo experimento  por  ustedes una especie de celo divino’”. Es “divinamente celoso”, comentó Francisco.

Una pasión, por lo tanto, que se vuelve casi “una locura”, “una necedad” para su pueblo. “Y esto es aquel rasgo que nosotros llamamos el celo apostólico: no es posible ser un pastor verdadero sin este fuego que arde dentro”.

Mientras una segunda característica – prosiguió diciendo el Obispo de Roma – es que el pastor debe ser “un hombre que sepa discernir”:

“Sabe que en la vida existe la seducción. El padre de la mentira es un seductor. El pastor, no. El pastor ama. Ama. La serpiente, en cambio, el padre de la mentira, el envidioso es un seductor. Es un seductor que trata de alejar de la fidelidad, porque aquel celo divino de Pablo era para llevar al pueblo a un único esposo, para mantener al pueblo en la fidelidad  a su esposo. En la historia de la salvación, en la Escritura, tantas veces encontramos el alejamiento de Dios, las infidelidades al Señor, la idolatría, como si fuera una infidelidad matrimonial”.

Por lo tanto, la primera característica del pastor es “que sea apasionado, que tenga celo, que sea diligente”.

La segunda característica es “que sepa discernir: discernir dónde están los peligres, dónde están las gracias… dónde está el verdadero camino”. Y esto – subrayó el Papa – “significa que acompaña a las ovejas siempre: en los momentos bellos y también en los momentos feos, también en los momentos de la seducción, y con la paciencia, las lleva al redil”.

Y la tercera característica es “la capacidad de denunciar”: “Un apóstol no puede ser un ingenuo: ‘Ah, es todo hermoso, vamos adelante, ¡eh!, es todo bello… Hacemos una fiesta, todos… todo se puede…’. Porque está la fidelidad al único esposo, a Jesucristo, que hay que defender. Y sabe condenar: lo concreto, decir: ‘esto no’, como los padres le dicen al niño cuando comienza a gatear y se acerca al enchufe para poner los dedos: ‘¡No, esto no! ¡Es  peligroso!’. Me viene a la mente, tantas veces aquel ‘tuca nen’ (no tocar nada), que mis padres y abuelos me decían en aquellos  momentos donde había un peligro”.

Tras afirmar que “el Buen Pastor sabe denunciar, con nombre y apellido”, como hacía San Pablo, Francisco regresó a su visita a Bozzolo y a Barbiana, aludiendo a “aquellos dos buenos pastores italianos”. Y hablando de Don Milani, se refirió a su “lema”, cuando “enseñaba a sus muchachos”:

“I care. ¿Pero qué cosa significa? Me han explicado: con esto él quería decir ‘me importa’. Enseñaba que las cosas se debían tomar en serio, contra el lema de moda en aquel tiempo que era ‘no me importa’, pero dicho con otro lenguaje, que yo no oso decirlo aquí. Y así enseñaba a los chicos a ir adelante. Ocúpate: ocúpate de tu vida, y ‘¡esto no!’”

De manera que hay que saber denunciar también “lo que va contra tu vida”. Y tantas veces – dijo el Papa  – “perdemos esta capacidad de condena y queremos llevar adelante a las ovejas un poco con el buenísmo que no sólo es ingenuo” sino que “hace mal”. Ese “buenísmo de los compromisos”, para “atraer la admiración o el amor de los fieles dejando hacer”.

Por último Francisco reafirmó el celo de Pablo de quien dijo que fue un hombre que supo discernir porque conocía la seducción y sabía que el diablo seduce, a lo que añadió que también fue un hombre con capacidad de condenar las cosas que harán mal a sus ovejas. Y concluyó con una oración “por todos los pastores de la Iglesia, para que San Pablo interceda ante el Señor, a fin de que nosotros, los pastores, podamos tener estos rasgos para servir al Señor”.

Fuente: Radio Vaticana