Un nuevo aniversario de la consagración del mundo a la Virgen de Fátima

jueves, 13 de octubre de 2016
image_pdfimage_print

FranciscoFatima_DanielIbanezACIPrensa_130515

13/10/2016 – Hoy se cumple un nuevo aniversario de la consagración del mundo a la protección de la Virgen de Fátima en el año 2013, repitiendo de ésta manera el gesto que San Juan Pablo II tuvo en 1984.

¿Por qué fue necesario repetir la consagración?  Según el Presidente Internacional del Apostolado Mundial de Fátima, Prof. Américo López Ortiz el mundo requería de su renovación porque según la humanidad “necesita recargar las baterías de la gracia y misericordia para enfrentar los tremendos retos de la historia”.

Esta es la oración de consagración que rezó el Santo Padre ante la imagen original de la Virgen de Fátima que fue llevada a Roma desde su santuario en Portugal:

Bienaventurada María, Virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia materna
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.

Celebramos en ti las grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia sobre la humanidad afligida por el mal
y herida por el pecado, para sanarla y salvarla.

Acoge con benevolencia de madre
el acto por el nos ponemos hoy bajo tu protección
con confianza, ante esta tu imagen
tan querida por todos nosotros.

Estamos seguros que cada uno de nosotros es precioso a tus ojos
y que nada te es ajeno de todo lo que habita en nuestros corazones.
Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la caricia consoladora de tu sonrisa.

Protege nuestra vida entre tus brazos:
bendice y refuerza cada deseo de bien; reaviva y alimenta la fe;
sostén e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros en el camino de la santidad.

Enséñanos tu mismo amor de predilección hacia los pequeños y los pobres,
hacia los excluidos y los que sufren, por los pecadores
y por los que tienen el corazón perdido:
reúne a todos bajo tu protección y a todos entrégales
a tu Hijo dilecto, el Señor Nuestro, Jesús.

Amén.