Pidamos al Espíritu Santo la alegría de la obediencia, el testimonio y la concreción pascual

jueves, 12 de abril de 2018
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12/04/2018 – El Papa Francisco en su homilía, en la Misa matutina, en la Casa de Santa Marta, dijo que el testimonio cristiano fastidia, nunca vende la verdad, como testimonian los numerosos cristianos asesinados y perseguidos, que en la actualidad son más que en los primeros tiempos. El pactar compromisos, sin embargo, hace ser cristianos ‘al agua de rosas’. Por lo tanto, hay que pedir la gracia de recordar el primer encuentro con Jesús, que ‘nos ha cambiado la vida’.

Obediencia, testimonio, concreción. Son las tres características que brotan de la alegría pascual y que destacó el Papa.

Recordó que los 50 días del tiempo pascual fueron para los Apóstoles un ‘tiempo de alegría’, por la Resurrección de Cristo. Una alegría verdadera, pero aún dudosa, temerosa, que se pregunta cómo irán las cosas. Mientras que, después, cuando desciende el Espíritu Santo, la alegría se vuelve ‘valiente’: primero ‘entendían porque veían al Señor, pero no entendían todo’. Estaban contentos pero no lograban entender. ‘Fue el Espíritu Santo el que los hizo entender todo’.

A los Apóstoles les habían prohibido predicar y anunciar a Jesús y sin embargo, después de haber sido liberados por medio de un Ángel, vuelven a enseñar en el templo, recordó el Papa. Y con la Primera Lectura de los Hechos de los Apóstoles, (5,27-33) y la respuesta de Pedro: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres», recordó asimismo el Evangelio de Juan (Jn3,31-36). La obediencia de los Apóstoles para seguir el camino de Jesús que obedeció hasta el final. La obediencia es el camino que el Hijo «nos ha abierto» y el cristiano, por lo tanto «obedece a Dios».

Los sacerdotes, sin embargo, que querían mandar, lo quieren arreglar todo con una propina «el soborno, la coima llegó hasta el Sepulcro». Así el mundo resuelve las cosas – explicó el Papa – «con cosas mundanas». La primera es el dinero, cuyo señor es el diablo. En efecto, el mismo Jesús dice que no se puede servir a dos señores.

«Primero: obediencia. Segundo: testimonio, que fastidia tanto ¿eh? Todas las persecuciones que hay… desde ese momento hasta hoy… Piensen en los cristianos perseguidos en África, en Oriente Medio… Hoy son más que en los primeros tiempos… Encarcelados, degollados, ahorcados, por confesar a Jesús. Testimonio hasta el final»

Los Apóstoles hablaban de cosas concretas, no de cuentos’. Así como ellos vieron y tocaron a Jesús «cada uno de nosotros ha tocado a Jesús en su propia vida»

«Sucede que tantas veces los pecados, el pactar compromisos, el miedo… nos hacen olvidar este primer encuentro: el encuentro que nos ha cambiado la vida. Sí, tenemos un recuerdo pero un recuerdo aguado. Nos hace volvernos cristianos pero ‘al agua de rosas’, aguados, superficiales. Pedir siempre la gracia al Espíritu Santo de ser concretos. Jesús ha pasado en mi vida, por mi corazón. El Espíritu ha entrado en mí. Luego, quizá, lo haya olvidado… pedir la gracia de la memoria del primer encuentro».

«Pidámosla los unos por los otros, aquella alegría que viene del Espíritu Santo, que da el Espíritu Santo: la alegría de la obediencia pascual, la alegría del testimonio pascual y la alegría de la concreción pascual»

Fuente: Vatican News