El encuentro en el amor

domingo, 22 de mayo de 2011
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Buen día para todos comenzamos nuestra catequesis de hoy como todos los días donde la señal de la radio va haciendo surgir la esperanza, son 171 emisoras las que ya  están instaladas y las que nos falta por cubrir en la República Argentina depende de cuanto nosotros estemos dispuestos a entregar desde nuestro aporte, desde nuestro apoyo, desde nuestro quehacer y desde nuestro dejar que sea el mismo Cristo el que constituya el don de la caridad como el gran camino donde comenzamos a articularnos mejor en nuestra patria.

 

Nosotros lo que no queremos es agitar tu corazón, lo que sí queremos es  movilizar tu interioridad para que en el compartir en el espíritu podamos descubrir estos caminos que en el encuentro Dios nos ofrece para que el vasto territorio de la República Argentina se constituya en un lugar tan cercano y tan nuestro que no nos parezca lejos la distancia que separa a la Quiaca desde Ushuaia sino que nos parezca todo vecino y cercano. Es lo que ofrece el Amor cuando nos ofrece encontrarnos en esta misma sintonía de la Radio.

 

Es para vos Señor la fuerza que pones en nuestro corazón, la alegría que nos regalas, el compartir que nos ofreces en cada jornada, son para los hermanos, desde ese lugar queremos compartir lo mejor que tenemos para dar, que de cada uno de nosotros surja lo mejor en el amor en este día para que en el compromiso descubramos que verdaderamente este es el camino, la síntesis de la vida, el amor que Dios nos regala para iniciar una nueva jornada. Lo hacemos compartiendo el evangelio de Mateo 5,17-19.

 

“No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una “i” ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos”. Palabra del Señor

 

 

Algunos creen que el mal mas grande que padece nuestra República es el de la “anomia” La anomia es un cierto desprecio por la ley y por todas las consideraciones que en ellas se nos ofrecen como camino para una convivencia solidaria, articulada, el respeto por lo que es de todos. De hecho uno lo ve cuando entra en los baños públicos. Las paredes están escritas, cada uno quiere dejar su marca, si las cosas están sanas y limpias, cada uno hace de las suyas.

También lo notamos cuando vamos por la calle y vemos esta ciudad cada vez mas sucia, nadie respeta el aseo, los papeles tirados, restos de los animales al lado del árbol o en la plaza, todo es muy de cada uno, sin considerar lo que es de todos.

La anomia es un mal tremendo en la falta de cumplimiento de la ley como lugar desde donde podemos ordenarnos, organizarnos y convivir saludablemente. Esto puede ser el final del proceso de una sociedad y a veces entendemos que esto es lo que pasa en Argentina, hay un desprecio por el cumplimiento de  la ley, y Jesús ha venido a decirnos hoy en  el evangelio, argentinos atención!!  esto de vivir en la caridad no quiere decir que uno pueda hacer lo que quiera sino que vivir en la caridad es llevar al máximo el cumplimiento de la ley.

 

El cristiano, lejos de ser un legalista o un adaptado a las normas y a las pautas de la convivencia en lo que está determinado como camino o como ley para lo que es de todos, tiene una exigencia frente a la ley mayor que cualquier otro.

 

Esto hay que entenderlo desde está perspectiva,  cuando Jesús dice “Yo no he venido a abolir la ley” les está diciendo, Uds. tienen que ser los primeros en cumplir la ley, un cristianismo que no sea aferrado a la ley pero sí exigente frente a lo que está mandado.

 

En este sentido la caridad que supera el camino de la ley no quiere decir que la borre, quiere decir que la supere, la asume, la cumple en su plenitud y va mas allá de lo que la ley dice. Jesús lo explica cuando da a entender si alguien te pide que lo acompañes un trecho en el camino acompáñalo un poco mas, si te piden el manto dale también la túnica, si te pegan en la mejilla ofrece también la otra, en ese orden va el más de la caridad, porque el superar no quiere decir abolir.

A veces nosotros hemos traducido en la convivencia nuestra, la anomia, el superar por el abolir y no se puede abolir la ley.

 

La ley en su etimología mas profunda indica camino, ruta, lugar por donde ir,  cauce. La caridad que propone Jesús necesita de ese cauce. Un río que no tiene cauce es una fuerza que se pierde, es una inundación, cuando el río tiene cauce los de la orilla no sufren, cuando pierde su cauce y se inunda el territorio empiezan los problemas.

La caridad que propone Jesús necesita de cauces. Tal vez haya que ampliar los cauces, pero ampliarlos no quiere decir borrar los márgenes, la ley marca un sentido,  un rumbo, el problema es cuando a la ley se la vive sin sentido, cuando nos hacemos legalistas, exigentes de la ley por la ley en sí misma sin entender su sentido.

El cumplimiento de una rutina de ley en la vida de la sociedad puede pasar por momentos de oscuridad, de costumbre, pero siempre hay que estar revisando el sentido de su cumplimiento. Una ley sin sentido es un contrasentido porque la ley en su razón de ser es un camino y un camino siempre muestra un rumbo.

Nosotros queremos en esta mañana revisar juntos en nuestra convivencia nacional cuáles son los motivos que hacen que vivamos al margen de la ley, fuera del camino, y cómo hacemos para volver al camino, cómo hacemos para reencaminar nuestra orientación, nuestra razón de ser. En el encuentro con el amor está esta posibilidad.

 

Sería bueno que en el compartir nuestro de esta mañana podamos pensar, reflexionar y aportar desde donde el amor me ayuda para vivir en fidelidad lo que me toca hacer. Cuando uno encuentra un amor importante en la vida todo el yugo resulta suave y liviano. Cuando Jesús dice “mi yugo es suave y es liviano” no está diciendo que viene a facilitarnos las cosas sino sería un contrasentido lo que la Palabra de hoy nos ofrece. La ley es igual que antes y es más exigente para el cristiano porque tiene que vivirla en plenitud y tiene que encontrar la fuerza. La carga pesada de la vida resulta liviana cuando hay un gran amor que la motiva, y si no lo es ahora, lo ha sido en algún momento.

 

¿Cuáles son los amores en tu vida donde decís, por esto voy adelante y no me importa cuánto costo tenga? Tiene rostro, tiene nombre, tiene circunstancias de encuentro que vos encontras para que ese amor crezca. Los grande motivos de amor en nuestra vida que nos hacen ir para adelante asumiendo nuestra carga con decisión y con determinación.

 

Si el amor se ha desvanecido, es tiempo de renovarnos para que el compartir sea resignificado, ese el segundo punto de nuestro encuentro de hoy

 

Re significar el sentido del encuentro

 

 El encuentro es un abrazo, un saludo, un café de por medio, un mate, es un momento de oración, es sencillamente una rutina fraterna como la vida en la comunidad, es el servicio en la comunidad, en la caridad, en lo tuyo de todos los días.  Ese es el encuentro. Allí es donde Dios se manifiesta. Jesús no vino como un reformista revolucionario  sino como quien re significa lo que existe. Desde esta perspectiva primera presente en el misterio mismo del ser Dios, porque ese es el Dios en que creemos, el  amor y por lo que todas las cosas fueron creadas y sostenidas en el corazón mismo de la creación, por el amor, la vida se renueva cuando el motivo del amor por el cual vivimos es grande, crece, se hace presente con un color nuevo. Jesús vino con una presencia de amor que invita a un camino de amor para que todo adquiera un sentido y un significado nuevo.

 

Nosotros en esta mañana estamos proponiendo que te pares frente a tu sentir mas profundo y puedas descubrir en qué lugares de la existencia los motivos por los cuales sostenés tu compromiso de todos los días con la vida están necesitando un fuego nuevo, una presencia renovadora. Creemos que es aquel que el Señor ha proclamado para toda la humanidad, su presencia que hace nuevas todas las cosas, en el que es amor, en el misterio de Dios como persona y así lo define el Espíritu Santo. Desde donde podemos encontrar la gracia, el regalo que nos venga a poner de nuevo frente a los grandes motivos que nos hacen vivir con ganas, con decisión, con compromiso en El que nos habita por dentro. El Espíritu Santo nos llena con su alma de presencia el alma y viene a insuflar el corazón mismo de nuestro quehacer de todos los días par que sea en Él, en su fuego y en su presencia donde nosotros digamos vale la pena entregarlo todo.  Jesús ha dicho que el amor mas grande es dar la vida por los amigos, ahora nadie es capaz de dar un pedacito de si mismo en el tiempo, en una moneda, en un gesto, en una expresión de servicio, si no hay una fuerza dentro que te haga dar mas de lo que de hecho das. Es en ese amor donde podemos reencauzar el camino y recuperar los limites para  que la fuerza que dentro de nosotros nos invita a ir hacia delante encuentre en los límites un lugar donde el correr de la vida en el río del amor pueda ser potencia que se transforma en energía.

 

Dios quiera que en ese lugar de la presencia del Espíritu Santo dentro tuyo puedas comenzar a recuperar los grandes motivos por los cuales el amor todo los días te invita a dar un paso más.

  

En la caridad encontramos nuestra condición de vivir en fraternidad, de ser familia de Dios

 

Ésta es la naturaleza más íntima de la eclesialidad, la naturaleza mas profunda de ser familia, que se expresa en esta triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios (kerigma martiria), celebración de los sacramentos (liturgia), servicio de la caridad (diaconía). El ser familia en el amor de Dios supone esta triple dimensión, el anuncio de la palabra, la celebración de los sacramentos en Cristos y el servicio en la caridad. Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse unas de otras. Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia identidad.

No puede haber una obra en Cristo que no tenga incorporado dentro de su ser el gesto de la caridad que ello supone, los actos de la caridad sean corporales o espirituales

 

La Iglesia como la comunidad de los creyentes unidos en Cristo es expresión en el mundo del hecho de ser familia Dios. Dios familia expresa Dios comunidad; Padre, Hijo y Espíritu Santo, Reino de Dios en medio nuestro; se expresa en medio de toda la pobreza con que la Iglesia cuenta, a través de la ecclesía, de este misterio de comunión y de amor entre los hermanos reunidos en torno a Cristo Jesús. Dios es Amor. Nosotros desde un lugar que nos permite rescatar los motivos importantes de la vida queremos expresarle al mundo el anticipo del cielo y esto no es posible si en nuestro quehacer y en nuestra misión no aparece la gran vocación, la gran convocatoria con la que Dios nos impulsa a ir hacia delante, este es el amor y cuando falta todo se oscurece, todo pierde color y sentido.

El encuentro en el Amor, este es el tema de nuestra catequesis de hoy.