La confianza nos da paz al corazón

martes, 14 de octubre de 2014
image_pdfimage_print

14/10/2014- La catequesis en el día de hoy fue transmitida desde el colegio parroquial Santa Teresita del niño Jesús en Paraná – Entre Ríos. Estamos misionando por la paz desde la cultura del encuentro, con un gesto simple y concreto como lo es el mate compartido.

Para comenzar la catequesis el Padre Javier Soteras nos invitó a rezar la oración a Nnuestra Señora de la Misión del Siervo de Dios Cardenal Pironio

Virgen de la Buena Nueva: recibiste la Palabra y la practicaste.
Por eso fuiste feliz y cambió la historia.
Virgen de la misión y del camino,
la que llevó a la casita de Isabel la Salvación y a los campos de Belén la Luz del Mundo.
Gracias por haber sido misionera,
Por haber acompañado a Jesús en el silencio y la obediencia a su Palabra.
Gracias porque tu misión fue hasta la cruz y hasta el Don del Espíritu en Pentecostés.
Allí nació la Iglesia misionera.
Virgen de la Misión: También nosotros viviremos en misión.
Que toda la Iglesia se renueve en el Espíritu.
Que amemos al Padre y al hermano.
Que seamos pobres y sencillos, presencia de Jesús y testigos de su Pascua.
Que al entrar en cada casa comuniquemos la Paz,
anunciemos el Reino y aliviemos a los que sufren.
Que formemos comunidades Orantes, Fraternas y Misioneras.
Virgen de la Reconciliación: nuestra Iglesia peregrina
quiere proclamar la Fe con la Alegría de la Pascua
y gritar al mundo la Esperanza.
Por eso se hunde en tu silencio, tu comunión y tu servicio.
Ven con nosotros a caminar. Amén. Que así sea.

“En esa oportunidad, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.Sí, Padre, porque así lo has querido.

Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

Mt 11,25-27

 

El camino renovado de la confianza

Nada más que la confianza es lo que nos acerca a Dios. Tengamos muy presente a Teresita del Niño Jesús al transitar el camino de la confianza, ese en donde nos sabemos capaces de lo imposible por la gracia d Dios. Solo la confianza es la que nos conduce por este camino.
Hay situaciones en donde decimos ¿Y ahora? ¿Cómo hacemos para seguir en la marcha? La mejor actitud frente a este tipo de situaciones es empezar el día con lo que tenemos que hacer y en el camino, seguramente encontraremos con algo más para hacer, para avanzar y así, al final nos econtraremos haciendo lo que creíamos imposible.

Vos podés decir “Bueno, sí, confío. ¿Pero como crecer aún mas en la confianza?” Es por el camino del abandono.

Pero ¿Qué significa el abandono, entregarse? Poner todo en las manos de Dios. Sabemos que no es fácil. Cuesta avanzar sin saber hasta donde van mis fuerzas y cuanto depende de lo que Dios quiere. Es decir ¿Cuaáto depende de Dios y cuánto de nosotros? Actuar como dice San Ignacio de Loyola : “Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo muy bien que en realidad todo depende de Dios”. Hay que hacer todo como si dependiera de nosotros sabiendo que todo depende de lo que Dios disponga.

Los invito a entrar por el camino renovado de la confianza. Es difícil, sobre todo en el contexto en el que estamos viviendo en donde uno tiende a replegarse sobre sí mismo y es lógico pregutnarse ¿Cómo confiar en medio de circunstancias tan complejas? Hagamos un aporte de confianza, siempre con prudencia, poquito a poco, paso a paso. En medio de tanta violencia, injusticia podemos contruir la paz desde la confianza, ese sería el desafío de hoy. Y ésta misión quiere buscar, con el mate de por medio, crear espacios que favorezcan el encuentro desde la paz. Solo lo podemos hacer cuando reconstruimos la confianza.

¿Por donde ir hacia el camino del abandono?
Camino de ofrenda de entrega de confianza. Para que el abandono sea auténtico y se engendre desde el interior, con un descanso en la paz del Señor, es necesario que la entrega sea total. Nos puede ayudar contemplar a Jesús en el Getsemani. En esas circunstancias de angustia, de dolor. No es fácil ir hacia los lugares donde Dios nos lleva porque son lugares a donde algo se termina, llega a su fin: una etapa, la partida de un ser querido, etc. Entregarse tiene su costo. El costo que tuvo para Jesús quien llegó a decir “Padre, si puedes aparte de mí este caliz pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”. Mirando a Jesús en la Cruz, hagamos nuestras ésta palabras mientras entregamos eso que Dios nos pide hasta que sentir en el corazón que uno se entregó, se abandonó.

Es bueno tener conciencia de que esa entrega no nos sale naturalmente porque estamos condicionados por un montón de factores. El lugar en donde naciomos, la familia a la que pertenecemos, los contextos en donde estamos. Nosotros en el ejercicio de la libertad vamos haciendo todo un aprendizaje día a día, entrega a entrega.

A veces con las entregas sentimos que son como un elástico, aquello que dimos se vuelve a nosotros. Entonces hay que volver una otra vez a entregarlo. Tenemos que estar bien dispuestos. San Ignacio de Loyola llama a ésat actitud de dispocisión interior “la santa indiferencia” que no quiere decir que todo da igual. Es dispocision de corazón para que sea lo que Dios quiera y quiere. Que yo no quiera más salud que enfermedad, pobreza que eriqueza, buena fama que humillacion que no quiera nada. Que quiera lo que Dios quiera. Esto hay que trabajarlo porque naturalmente tendemos al éxito, a la salud, a poseer bienes y cuando algo de esto nos falta no sabemos como administrarlo.

Ésta disposisción interior nos hace libres. De lo contrario estamos tironeados por dentro. Pidamos a Dios ésta gracia.
San Ignacio nos invita a hacer el siguiente ejercicio, ponernos frente al Rey Jesús, ofrecerle un menú de lo que uno quisiera y esperar a que Él elija con qué manjar quiere alimentarse.

Henry Nowen cuenta una anécdota en un circo mientras observaba a los trapecistas. Su asombro radicaba en ver como quien se tira y vuela por el aire ebe soltar los brazos con mucha docilidad y esperar a que el otro, su compañero lo agarre. El éxito de la travesía radica en la confianza. Nosotros somos como este trapecista dando vueltas en el aire, debemos estirar los brazos porque tenemos un Padre bueno que está dispuesto a agarrarnos.

Ciego1

Crecer en la confianza

Tenemos que aprender a confiar tanto en las pequeñas como en las grandes cosas. Confiar totalmente en Dios con la simplicidad de los niños y Dios manifestará su ternura, su previsión, su fidelidad de una manera a veces conmovedora. Aprender a tener confianza total en Dios con la simplicidad de los niños. Así tenemos que recuperara la frescura interior, poder decirle “allá me tiro Dios”. Si Dios nos trata en algunos momentos aparentemente con una fuerte rudeza, tiene también delicadezas imprevistas de las que sólo puede ser capaz su amor tierno y puro como el suyo.

San Juan de la Cruz, al fin de su vida, camino al convento donde iba a terminar sus días enfermo, agotado, sin fuerzas, se sienta sobre una piedra al borde del camino para tomar aliento. Piensa entonces con anhelo en los espárragos que comía en su infancia. Cerca de la piedra en la que está sentado encuentra milagrosamente dejado allí, un atado de espárragos.
En medio de nuestras pruebas tendremos la experiencia de estas delicadezas del Amor que son para todos los pobres que creen verdaderamente que Dios es su Padre.

Reflexionar, esperar, sumar y restar lo que es más conveniente tiene su tiempo pero llega un momtno en el que hay que dar el salto, tirarse a la pileta. A veces nos preguntamos temerosos si habrá agua en esa pileta pero debemos confiar en las señales que Dios nos da.

Dios da el ciento por uno, es generoso pero no tenemos que ponernos a calcular: “Si yo le doy me van a dar.” Si doy es porque entendí la lógica de la ofrenda y por el solo gran amor de Jesús contemplado en el mistreio de la ofrenda. Si uno se encuentra limitado para dar pasos decisivos en la entrega es muy importante ponerse frente a la cruz y decirse lo que Pablo dice “ me amo y se entrego por mi” Gal 2, 20 Está entregado en al cruz y lo hizo por mi. Esto saca amor y confianza de nosotros.