La fuerza del amor que brota de la Cruz

jueves, 15 de febrero de 2018
image_pdfimage_print

DSC_0339

15/02/2018 – Compartimos la catequesis del día desde el mensaje de amor que nos regala Dios a través del Evangelio cada día:

Jesús dijo a sus discípulos: “El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día”.
Después dijo a todos: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?

San Lucas 9,22-25

Hemos iniciado el camino cuaresmal en oración, ayuno y obras de caridad.La cruz aparece como el faro que ilumina el camino discipular; que increíble que la luz venga del lugar de mayor opacidad donde Jesús es tratado como el peor de los delincuentes.

Sin embargo, ahí se muestra Jesús cumpliendo su palabra: “Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todo el mundo hacia mí” Jn 12, 32.

Seguir a Jesús por el camino de la cruz, en sentido penitencial como nos propone la Iglesia en la Cuaresma, es dejarse atraer por la fuerza del amor que se esconde en esa entrega incondicional de Jesús por todo.

En ella, nada más y nada menos está entregándose por amor el Amor. La cruz tiene fuerza de atracción, y es capaz de sacar de nosotros lo mejor. Y lo mejor que podemos hacer es, desde la fuerza de ese amor, asumirnos y hacernos cargo de lo que somos, familiarizarnos y reconciliarnos con nuestra pobreza, nuestra limitación y nuestras contradicciones que nacen de la fuerza del pecado.

Cargar con el peso de cada día y seguir. Que el Señor te regale un nuevo vínculo con todo lo que es cruz en tu vida para que desde ese amor que brota de la cruz puedas sentirte reconciliado, reconciliada con tu propia historia, con tu propio camino.