La incertidumbre de ser padres

lunes, 26 de enero de 2015
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26/01/2015 – El deseo de la maternidad y paternidad es muy fuerte en el hombre y no siempre se puede concretar a nivel biológico, pero si hay un deseo profundo, siempre se encuentra el camino. “Ser padres o madres es una busqueda basicamente espiritual. No se es padre o madre por tener un hijo, sino que se es padre por educar. Y esta cuestión la pueda desarrollar un padre, un docente, un sacerdote o una religiosa, un laico comprometido… Es muy interesante esto porque amplía el concepto de lo puramente biológico” indicó la Lic. Maria Marta Bianco, psicóloga y docente. Trabaja en terapia del arte y la salud; además es payamédica.

“Los seres humanos superamos la biología. Es un punto de partida que nos consituye como sujetos, pero en realidad lo que nos hace personas no es la biología, sino la educación, el deseo, los sueños, las experiencias infantiles… Por lo tanto la parternidad, aunque sea biológica, toda parternidad tiene que hacer un proceso de adopción.

Todos los que hemos tenido un hijo biológico tenemos que adoptar a ese hijo. Adoptar es optar, entonces tenemos que adoptar a ese hijo real que difiere mucho del idealismo o de la imagen que uno puede irse formando en el embarazo o durante la primera infancia.

Además, la Lic Marta Bianco dijo que “la paternidad es un proceso de construcción, y se construye, primero, a través de un deseo profundo que los seres humanos descubrimos dentro de sí mismo, pero fundamentalmente a partir de nuestra propia experiencia de hijos, experiencias culturales, sociales, educativas, valores religiosos que vamos absorviendo, y que nos ban consolidando primero como hijo de una cultura y después como padres de esa cultura”.

 

Ternura (5)

 

No tenemos gps ni manual de instrucciones para ser padres

En la cultura el ser mamá o papá es un atributo de potencia o de valoración. Cuando esto está fallando por motivos fisiológicos o biológicos la persona se siente muy disminuída y el sentimiento de autovaloración está deteriorado. Culturalmente es una cuestión muy importante engendrar, y actualmente con los tratamientos de fertilización asistida, supuestamente se puede de toda forma y en toda ocasión. Sin embargo en la escucha, uno se da cuenta que en todos esos tratamiento, independientemente de lo económico, supone mucho esfuerzo físico y psicológico que trae muchas frustraciones en la pareja o en la persona que está siendo sometida al tratamiento.

Hay una pregunta que todos deberíamos hacernos: ¿Cómo quiero llegar a ese hijo? ¿De qué modo, a costa de qué? Sabiendo y conociendo que muchas veces no se conoce. Hay muchas situaciones de abandono en los hospitales, maternidades, donde hay bebés que pasan mucho tiempo solos, incluso algunas veces mueren por “marasmo” o el “hspitalismo”, la ausencia de cuidado en el neonatal. Es importante conocer esta realidad, informarse, en ongs para interiorizarse.

Pensar y buscar interiormente ¿cómo quiero ser padre? Y Ahí encontrar los caminos.  “Hay que reflexionar también en torno a los hijos biológicos. No tenemos gps ni manual de instrucciones para saber qué le va a pasar o cómo va a ser. Ser padres es arrojarse a la incertidumbre y eso es lo que más cuesta porque en un mundo hiper planificado donde todo tiene un manueal de uso y un modo de control satelital… bueno ser padre es arrojarse a la incertidumbre de la existencia. Es un gran parto que requiere un trabajo no solamente material sino espiritual porque es una tarea que tiene que ver con educar” comentó. 

También comentó que “educar es tratar de que la otra persona que tengo a cargo se convierte en un sujeto de libertad que supone mucho esfuerzo. Y cada vez se ve más que hay pocas ganas de asumir esa responsabilidad. Hay desidia por poner límites, y en definitiva educar, con abandono y dejadez. Educar supone un esfuerzo y un trabajo que nos lleva toda la vida”.

Animarnos a que tener un hijo no es una cuestión biológica, sino que tiene que ver con la educación, y asumir que no es un clon, sino un ser llamado a la libertad. A partir de ahí buscar los recursos y los caminos para poder llegar a ese hijo (biológicamente o desde el corazón) y ayudarlo a crecer. El amor se multiplica. Cuando nace un nuevo hijo, amando más, se acrecienta la capacidad de amar.