La presencia y figura del padre

29/07/2015 – Desde Curuzú Cuatía – Corrientes vivimos la catequesis del día, desde la Parroquia de San Cayetano:

“Como somos hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama en nosotros: “¡Abba, Padre!” Ga 4, 6

La palabra que queremos darle lugar en la catequesis de hoy es a esta “Abba , Padre”. Pero como lo utilizaba Jesús, desde su perspectiva. Una palabra que más que ninguna otra tiene un valor de significación muy importante para nosotros los cristianos. Si hay algo que Jesús vino a decirnos es que tenemos un Dios y que ese Dios es Padre.

En la primera etapa de la revelación, ésta figura de Dios, fue progreiva. Dios se fue mostrando de a poco. Dios decia y los que recibian el hecho de la revelacion lo traducian como el “Totalmente Otro, el Inalcanzable”. Desde esa primera experiencia a ésta otra, la de Jesús, hay una enorme diferencia. Jesús vino a establecer la cercanía, la ternura. Dios se nos hace familiar.

Con la preparación al año de la misericordia el Papa Francisco quiere regalarnos también ésta cercanía de Dios Padre; amigo, compañero de camino pero al mismo tiempos no desdibuja su autoridad. Si uno quiere encontrar el cómo trata la socidad de hoy a la figura del padre, tiene que ver con, por ejemplo el personaje Homero Simpon. Es la anti – figura del padre. Ese ícono no es caprichoso, representa la aucincia del padre.

Como lo dijo Francisco “ A veces en algunas casas, en el pasado, reinaba el autoritarismo, en ciertos casos nada menos que el maltrato: padres que trataban a sus hijos como siervos, sin respetar las exigencias personales de su crecimiento; padres que no les ayudaban a seguir su camino con libertad “ y como consecuencia se produjo el corrimiento de la figura del padre.

El socialismo exacerbado indicaba como camino que los hijos estuvieran bajo la tutela del Estado. Hubo algunos intentos de esto. Occidente nunca lo dijo así pero lo logró a través de la figura y el rol del mercado en la sociedad, sin declamarlo y bajo el signo de la libertad. ¿Por qué? Porque organiza la sociedad de manera que no haya tiempo para que la figura paterna participe de la vida de la familia. Así es que bajo el totalitarismo del Estado se logra lo que el socialismo oriental buscaba.

El rol del mercado se expresa como una presencia que mueve los hilos para llevarse puesto lo que tiene por delante. Es establecer al dinero como dios y destruir así la familia. Debemos fortalecer en la convivencia social éstas dos figuras, la materna y la paterna para contrarrestar este acontecimiento.

En la tarea de evangelización tenemos que ver cómo y de qué manera formar escuelas, “escuelas para padres”. Mafalda, personaje de historieta, decía “Ustedes aprendieron a ser padres cuando yo aprendí a ser hija.” Nadie etudio para ser papás. Debemos crear un ámbito de re-educación en donde demos respuesta  la pregunta ¿Cómo acompañar a los padres a ser papás?

La ausencia de los padres

“Debemos estar más atentos: la ausencia de la figura paterna en la vida de los pequeños y de los jóvenes produce lagunas y heridas que pueden ser incluso muy graves. Y, en efecto, las desviaciones de los niños y adolescentes pueden darse, en buena parte, por esta ausencia, por la carencia de ejemplos y de guías autorizados en su vida de todos los días, por la carencia de cercanía, la carencia de amor por parte de los padres. El sentimiento de orfandad que viven hoy muchos jóvenes es más profundo de lo que pensamos” dijo Francisco

San Juan de la Cuz decía “Los males de amor se curan con presencia y figura”, no es tanto lo que decís, sino en los ejemplos que das.

La presencia a veces es suficiente para que uno se sienta en su lugar. Lo peor que le puede pasar a uno como papá y mamá es sentirnos que estamos de más. Cuando uno piensa en el ingreso de la tecnología, de las ciencias,llegamos a  sentir que quedamos afuera. Pero no es así, hay algo que viene con nosotros como don, viene dado junto a la vocación.

Si nos falta el corazón y el alma en la convivencia no tenemos nada y el papá y la mamá tiene esto. Son el corazón y el alma de la familia.

Es muy importante, para hacer lo que Dios nos pide, que le preguntemos por dónde nos quiere llevar. Y en este sentido el oficio de los pescadores nos ayuda mucho, porque el pescador nunca sabe por donde ir. Por esto Jesús utilizó ésta figura. Las cosas cambian, los peces se mueven y donde hoy había tal vez mañana no.

En la vida pasa lo mismo, las cosas no estan quietas, estan en movimiento y para saber por donde ir hay que preguntar, como lo hace el pescador. El Señor de todo esto es Dios, si somos amigos del dueño ¿Por qué no le preguntamos por donde ir?. Hay formas en las que Dios te dice, nos dice “Es por acá”. Tenemos que aprender a conversar con Él y dejarnos llevar.

Cada familia necesita del padre

Una de las claves por las que podemos entrar al camino de esta dimensión de novedad con que el Espíritu nos conduce a ocupar nuestro lugar como padre nos la da Jesús “Yo no los dejaré huérfanos”.

Jesús nos muestra que lo que el pecado rompió, cuando quiso reinar en el mundo, fue la figura del padre, el vínculo con él. Es por esto que Jesús nos asegura que no vamos a quedar sin padre, huérfanos. Y ahí juega un papel importante, el Espíritu Santo. Es como dice San Pablo  “El Espíritu clama con gemidos inefables diciendo Abba- Padre”.

Hay que hacer un camino en el Espíritu para reencontrar un lugar en el ámbito de la vida de la familia, la del padre. Un nuevo vínculo que nos de identidad para ejercer la tarea que Dios nos confía.

“Dice el libro de los Proverbios: «Hijo mío, si se hace sabio tu corazón, también mi corazón se alegrará. Me alegraré de todo corazón si tus labios hablan con acierto» (Pr 23, 15-16). No se podría expresar mejor el orgullo y la emoción de un padre que reconoce haber transmitido al hijo lo que importa de verdad en la vida, o sea, un corazón sabio.” Dice Francisco, y esto no está en la universidad, no viene de la lectura, viene con los años, si estos son bien vividos. Hay gente que no madura nunca.

La madurez viene según la etapa de la vida, ¿Qué se espera de un padre? Que sea maduro, sabio. ¿como se hace? Reflexionando sobre la vida, sobre las cosas que se viven.

Padre Javier Soteras

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