26/06/2017 – En su libro “Imitación de Cristo”, Tomás de Kempis deja pequeñas enseñanzas sobre un amplio abanico de temas cotidianos, desde una mirada creyente apuntando a configurarse cada vez más con Jesús.
Por lo general, solemos ver con más facilidades los defectos en los demás y los propios se nos vuelven ocultos. ¿Cómo purificar la mirada y evitar los juicios?
Cuando un hombre se humilla por sus defectos, entonces fácilmente aplaca a los otros y sin dificultad satisface a los que lo odian. Dios defiende y libra al humilde; al humilde ama y consuela; al hombre humilde se inclina; al humilde concede gracia, y después de su abatimiento lo levanta a gran honra. Al humilde descubre sus secretos y lo atrae dulcemente a sí y lo convida. El humilde, recibida la afrenta, está en paz, porque está en Dios y no en el mundo. (…) Ponte primero a ti en paz, y después podrás apaciguar a los otros. El hombre pacífico aprovecha más que el muy letrado. El hombre apasionado aun el bien convierte en mal, y de ligero cree lo malo. El hombre bueno y pacífico todas las cosas echa a buena parte. El que está en buena paz de ninguno sospecha. El descontento y alterado, con diversas sospechas se atormenta; ni él sosiega ni deja descansar a los otros. Dice muchas veces lo que no debiera, y deja de hacer lo que más le convendría. Piensa lo que otros deben hacer, y deja él sus obligaciones. Ten, pues, primero celo contigo, y después podrás tener buen celo con el prójimo.
Cuando un hombre se humilla por sus defectos, entonces fácilmente aplaca a los otros y sin dificultad satisface a los que lo odian.
Dios defiende y libra al humilde; al humilde ama y consuela; al hombre humilde se inclina; al humilde concede gracia, y después de su abatimiento lo levanta a gran honra.
Al humilde descubre sus secretos y lo atrae dulcemente a sí y lo convida.
El humilde, recibida la afrenta, está en paz, porque está en Dios y no en el mundo. (…)
Ponte primero a ti en paz, y después podrás apaciguar a los otros.
El hombre pacífico aprovecha más que el muy letrado.
El hombre apasionado aun el bien convierte en mal, y de ligero cree lo malo.
El hombre bueno y pacífico todas las cosas echa a buena parte.
El que está en buena paz de ninguno sospecha.
El descontento y alterado, con diversas sospechas se atormenta; ni él sosiega ni deja descansar a los otros. Dice muchas veces lo que no debiera, y deja de hacer lo que más le convendría.
Piensa lo que otros deben hacer, y deja él sus obligaciones.
Ten, pues, primero celo contigo, y después podrás tener buen celo con el prójimo.
Tomás de Kempis en “Imitación de Cristo”, tratado espiritual del siglo XV
15/04/2024 – Cada lunes Patricia Farías, licenciada en Psicología y logoterapeuta, nos ayudará a emprender este proceso de autoconocimiento, con…
15/04/2024 – Hoy comenzamos a compartir este ciclo que nos anima a ser productores de nuestros propios alimentos, a conocer…
11/04/2024 – Del Castillo advirtió que “cuando advertimos que nuestros hijos tienen conductas violentas tenemos que estar presentes y pedir ayuda”.…
10/04/2024 – El padre Matías Burgui nos acompañó en la reflexión del evangelio del día donde contemplamos la multiplicación de…
16/04/2024 – En el ciclo “Evangelizando juntos con el arte” el padre Martín Nacusi, coordinador de la Pastoral Artística de…