“Pensar que Shoenstatt nació como fruto de la primer guerra mundial”

jueves, 27 de abril de 2017
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27/04/2017 – Sería lindo entender qué son los carismas dentro de la iglesia, comienza diciendo la Hermana María Sol Castro Vázquez, miembro del Instituto Secular de Shoenstatt .

 

¿Cómo surgen los carismas dentro de la iglesia?

 

La hermana María Sol expresa de una forma muy pedagógica que “para entenderlo podemos ver la historia de la humanidad como una comedia, donde los protagonistas van a ser Dios, el mal y el hombre”. ”Y Dios en esa comedia nos va a regalar mucha libertad a la hora de actuar, no nos va a determinar y no nos va a decir hay que hacer esto o aquello, Él va a respetar nuestra libertad para que nosotros sepamos posicionarnos de un lado o del otro, que nosotros decidamos para quién queremos luchar para el bien o para el mal”.

Ese es el misterio de la libertad que nos da Dios, indica la hermana María Sol. “Y en ese misterio de la libertad se entiende que la humanidad ha ido caminando diferentes caminos, algunos más cerca de Dios, otros más lejos”, indica la hermana.

“Y para eso se ha valido de instrumentos, y esos instrumentos han sido los grandes fundadores de las espiritualidades, no han sido los únicos, pero con cada fundador Dios ha mandado un mensaje a la humanidad”. Dios se ha preocupado de volver a traer hacia sí a su pueblo. Y eso lo podemos ver en toda la historia.

Por ejemplo la espiritualidad más antigua, la benedictina, nace en el siglo V, la fundó San Benito. Y su ley fundamental es “Ora et labora”. Dios dio una respuesta con los benedictinos.

San Francisco de Asís, es otra respuesta a la problemática que estaba viviendo la humanidad, una iglesia que había caído en el materialismo, Dios acentúa por medio de San Francisco el amor a la pobreza.

La espiritualidad dominicana, nace en siglo XIII, un tiempo donde aparecieron las herejías, y entonces aparece esta espiritualidad que tiene tan central el estudio de la verdad. Vuelve Dios a dar una respuesta por medio del fundador, explica la hermana María Sol.

O la espiritualidad ignaciana, donde flaqueaba la obediencia al Papa, y los jesuitas tienen ese voto o sea Dios va respondiendo a cada problemática.
Cada carisma tiene un don, un regalo para el tiempo de hoy y hay que verlo como un fruto del Espírítu Santo.

“La espiritualidad Shoenstatiana buscará unir lo que está dividido”. Una espiritualidad que quiere religar, unir por medio de la Alianza de amor. Va a buscar religar al hombre con Dios.

Por otra parte, dice la hermana, “en Shoenstatt se va a dar una originalidad muy particular, que es un santuario que surge sin un milagro físico, sino que la fuente de conocimiento que va a llevar al Padre Kentenich a fundar esta obra, es la voz del tiempo”. “Él aprende a escuchar lo que Dios esta queriendo decir por las circunstancias del tiempo”.

Pensar que Shoenstatt nació como fruto de la primer guerra mundial, una voz del tiempo muy fuerte, muy dura. Esto lo lleva a fundar Shoenstatt, el 18 de octubre de 1914, en el santuario original que esta en el valle de Vallendar, Alemania.

 

En las huellas del Padre José Kentenich

 

Su historia es muy bendecida y muy signada por la cruz. José Kentenich nace en Gymnich, Alemania en 1885. Crece sin padre y su madre, de escasos recursos, se ve obligada a llevar a su hijo de 9 años a un orfanato. En la capilla de ese lugar, el día 12 de abril de 1894, frente a la imagen de la Virgen de Pompeya, su madre le encomienda la vida de Pedro José, consagrándolo a Ella, diciéndole “A partir de ahora sé Tú una madre para él”, cuenta la Hermana María Sol.

Este momento él lo va recordar muy bien, y es un momento donde él vuelve a lo largo de toda su vida, porque el dice: “Ahí con esos pocos años de edad, no llegaba a tener nueve, sellé mi alianza con María”. Después, cuando toma la comunión, va a manifestar su deseo de ser sacerdote. Por eso años más tarde va a pedir la admisión en los palotinos.

 

Padre Kentenich

 

Él transformó la cruz en bendición, nos cuenta hermana María Sol. “Y esa es una enseñanza para todos”. “Cuando Dios permite algo lo permite porque está buscando un bien mayor”. Podría haberse quedado en el dolor, continúa relatando la hermana María Sol, pero supo leer esas dificultadeslas y supo dejarse conducir por lo que Dios le iba pidiendo.

Su espíritu inquieto, despierto, su gran capacidad intelectual, y su búsqueda incansable por llegar a la verdad de las cosas, dieron lugar a situaciones de cierto enfrentamiento con ciertos profesores. Hasta el punto de dudar si debían ordenarlo sacerdote.

Cuando uno de los superiores le transmite la noticia de que no iba a ser ordenado, relata la hermana María Sol, este superior queda impactado ante la serenidad del padre Kentenich, diciendo “si es la voluntad de Dios yo lo acepto”. Esta actitud le impacta fuertemente, entonces vuelven a hacer la votación. En esta segunda votación hay tres votos a favor y dos en contra, y entonces con eso queda habilitada su ordenación sacerdotal.

Este hecho uno lo cuenta y no hace más que sorprenderse de ver que cuando los planes de Dios están , Él vela para que se cumplan”. Lo que está en el plan de Dios, tarde o temprano se realiza, se cumple, se llega a dar.

Esto es lo que lleva a todos los shoenstatianos a tener esta convicción, “lo que está en el plan de Dios tarde o temprano se cumplirá”, concluyó la hermana María Sol.