Retiro Radial: siguiendo a los de Emaús

viernes, 21 de julio de 2017
image_pdfimage_print

WhatsApp Image 2017-07-21 at 13.05.06

21/07/2017 – En la segunda noche del Retiro Radial animado por los obispos de la Arquidiócesis de Córdoba, reflexionamos en torno a los discípulos de Emaús (Lc 24, 13 ss).

El obispo auxiliar Pedro Torres comenzó diciendo que “la historia de la Salvación es nuestra historia y tenemos que conversar con Jesús nuestra historia”. Allí planteó que hacia el final del evangelio de Lucas aparece esta experiencia fuerte, el encuentro de Jesús con aquellos dos que el mismo día de la Resurrección deciden irse. “Aún después del anuncio de que Jesús está vivo, hay una sombra de incredulidad en estos dos. Como siempre que nos toma la incredulidad está la tentación de volverse al hombre viejo y de separarse de la comunidad. Lo mismo le pasó a Tomás. Ellos dos se han dejado ganar por el desánimo, por la tristeza y por el desencanto. Con ese ánimo caminan, conversan y discuten. Además de la tristeza les ha invadido la ceguera” comentó.  “¿Con qué ánimo transito cada jornada? ¿De qué hablo por el camino?” invitó a preguntarnos.

Terapia de la esperanza

Por su parte, Mons. Carlos Ñáñez, arzobispo de Córdoba, habló sobre cómo Jesús acompaña a los discípulos en el camino en una especie de “terapia de la esperanza”.

Además de caminar, lo primero que hace el Señor es escuchar: “¿de qué hablaban por el camino?”. Jesús no invade, no se impone sino que se acerca e insinúa. “Estoy a la puerta y llamo, si alguno me abre, entraré y cenaremos juntos”. Esta es la actitud de Jesús, siempre respetuosa y delicada.

Después de este ejercicio de escuchar que permite que los discípulos desencantados desahoguen el corazón, comienza lo que el Papa Francisco llama la “terapia de la esperanza”. Ellos se habían imaginado un triunfo aplastante del Señor, quizás la escena que nosotros celebramos el Domingo de Ramos su entrada triunfante les dio pie. Pero resulta que todo termina en la cruz. La realidad contradice esas expectativas. ¿Fue un fracaso? Cuántas veces nos sucede a nosotros también experimentar derrotas y fracasos. Es importante saberlas sobrellevar y superar estas experiencias. Una persona realizada y madura no es la que no ha tenido fracasos, sino quien sabe aceptarlas y superarlas. El fracaso puede ser la semilla de un nuevo triunfo.

Jesús comienza esta terapia a partir de las escrituras, y dice que comenzando por Moisés comentó todo lo que se refería a Él en la ley y los profetas. Qué importante tener contacto con las escrituras, hemos progresado mucho como católicos pero tenemos que dar más pasos. La escritura puede ser el camino hacia la fe.

La esperanza real, dice el Papa Francisco, no es barata, pasa siempre a través de las derrotas. ¿Quién de nosotros no experimenta en la vida fracasos?.

Apertura de corazón, confianza e insistencia

Además, explicó Mons. Ñañez, es importante destacar la actitud de los discípulos, en primer lugar la atención que le prestan a Jesús. Ellos no terminan de caer en la cuenta lo que les está sucediendo, pero es de destacar su apertura que llega a un culmen cuando Jesús, haciendo gala de ese respeto a la libertad, hace el ademán de seguir de largo. Entonces los discípulos, según otra traducción, lo obligaron o lo forzaron a quedarse. Presienten algo y le piden que se quede con ellos.

Es realmente conmovedor y nos da una pista sobre nuestra relación con el Señor: insistirle, casi forzarle al Señor a que se quede con nosotros. Y viene a la memoria otra imagen linda del antiguo testamento cuando el Patriarca Jacob lucha con un ser misterioso junto al río. Lucha toda la noche, y al amanecer este ser le dice “suéltame porque ya amanece” y le dice “no te soltaré hasta que no me hayas bendecido”. Y creo que esto es lo mismo con Jesús decirle “no te voy a soltar, no voy a dejar de insistir, no voy a dejar de pedir hasta que no me bendigas”. En la oración apertura de corazón, confianza, insistencia y es lo que, por así decir, desarma el corazón del Señor.