Sacerdocio, sacramento al servicio

jueves, 22 de junio de 2017
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Confesarse2

22/06/2017 – Entre los sacramentos, hay dos destinados al servicio de la comunidad. Se trata de los sacramentos del matrimonio y del orden sagrado. Ambos sacramentos tienen en común que están ordenados a otras personas. Nadie se ordena para uno mismo y tampoco nadie contrae matrimonio sólo para sí mismo. El sacramento del Orden y el sacramento del Matrimonio deben construir el pueblo de Dios, es decir, son un canal por medio del cual Dios hace llegar su amor al mundo.

“Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos». Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, saber que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.

Juan 21,15-17

El sacramento del Orden

¿Qué sucede en el sacramento del Orden?

Quien es ordenado recibe un don del Espíritu Santo que le confiere un poder sagrado y que le es otorgado por Cristo por medio del Obispo. [1538]

Ser Presbítero o sacerdote no supone únicamente asumir una función o un cargo. Mediante el Orden, el sacerdote recibe como don una fuerza particular y una misión en favor de sus hermanos en la fe. 150,215,228,236

¿Cómo entiende la Iglesia el sacramento del Orden?

Los sacerdotes de la Antigua Alianza consideraban su tarea la mediación entre lo celestial y lo terreno, entre Dios y su pueblo. Puesto que Cristo es el único “mediador entre Dios y los hombres” (1 Tim 2,5), es él quien ha cumplido y finalizado ese sacerdocio. Después de Cristo sólo puede existir un sacerdocio ordenado en Cristo, en el sacrificio de Cristo en la Cruz y a través de la vocación de Cristo y la misión apostólica. [1539­1553, 1592]

El sacerdote católico que administra los sacramentos, no actúa por su propio poder o en virtud de su perfección moral (de la que desgraciadamente carece a menudo), sino “in persona Christi”. El sacramento del Orden le confiere el poder transformador, sanador y salvífica de Cristo. Dado que un sacerdote no tiene nada por sí mismo, es ante todo un servidor. De aquí que un signo para reconocer a un auténtico sacerdote sea el asombro humilde ante su propia vocación. 215

¿Cuántos grados tiene el sacramento del Orden?

El sacramento del Orden tiene tres grados: obispo (episcopado), presbítero (presbiterado), diácono (Diaconado). [1554, 1593]. 140

¿Qué sucede en la ordenación episcopal?

En la ordenación episcopal se confiere a un presbítero la plenitud del Sacramento del Orden. Es ordenado como sucesor de los apóstoles y entra en el Colegio episcopal. Juntamente con los demás obispos y con el Papa es desde entonces responsable de toda la Iglesia. La Iglesia le encomienda especialmente las funciones de enseñar, santificar y gobernar. [1555­1559]

El ministerio episcopal es el verdadero ministerio pastoral en la Iglesia, puesto que se remonta a los testigos primitivos de Jesús, los apóstoles, y continúa el ministerio pastoral de los apóstoles instituido por Cristo. También el Papa es un obispo, pero el primero entre ellos y la cabeza del Colegio episcopal. 92,137

¿Qué importancia tiene el obispo para un católico?

Un católico se siente vinculado a su obispo; el obispo es también para él vicario de Cristo. Además el obispo, que juntamente con los Presbíteros y los diáconos, sus colaboradores ordenados, ejerce el ministerio pastoral, es vicariamente el principio visible y el fundamento de la Iglesia local (diócesis) [1560­1561]

¿Qué sucede en la ordenación presbiteral?

En la ordenación presbiteral el obispo invoca el poder de Dios sobre el candidato al Orden. Ese poder marca a esta persona con un sello indeleble que nunca le abandonará. Como colaborador de su obispo, el presbítero anuncia la Palabra de Dios, administra los sacramentos y ante todo celebra la sagrada eucaristía. [1562­1568]

En el transcurso de la Santa Misa, la ordenación sacerdotal comienza con la llamada de los candidatos por su nombre. Después de la homilía del obispo, el futuro sacerdote promete obediencia al obispo y a sus sucesores. La ordenación propiamente dicha se realiza mediante la imposición de las manos del obispo y la oración propia. 0215, 236, 259

¿Qué sucede en la ordenación diaconal?

En la ordenación diaconal el candidato recibe el encargo de un servicio propio dentro del orden. Porque representa a Cristo como el que no ha venido a “ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos” (Mt 20,28). En la liturgia de ordenación se dice: “En el servicio de la Palabra, del altar y de la caridad, el diácono está disponible para todos”. [1569­1571]

El prototipo del diácono es el mártir san Esteban. Cuando los apóstoles, en la comunidad primitiva de Jerusalén, se vieron desbordados por la abundancia de tareas caritativas, buscaron a siete hombres “para servir las mesas”, que fueron ordenados por ellos. Esteban, el primero en ser nombrado, actuó “lleno de gracia y poder” a favor de la nueva fe, así como de pobres de la comunidad. Después de que durante siglos el diácono haya sido sólo un grado del Orden en el camino al presbiterado, hoy es nuevamente una vocación independiente para célibes y para casados. Por un lado era preciso destacar con ello de nuevo el carácter de servicio de la Iglesia, por otro se quería, como en la Iglesia primitiva, poner junto a los presbíteros un estado que asuma determinados encargos pastorales y sociales de la Iglesia. También la ordenación diaconal marca al ordenado para toda la vida y de modo irrevocable. D140

¿Quién puede recibir el sacramento del Orden?

Puede ser ordenado válidamente como o diácono, presbítero y obispo el varón bautizado, católico, que es llamado a este ministerio por la Iglesia. [1577­1578]

Padre Javier Soteras

 

Material elaborado en base a las enseñanzas del Catecismo de la Iglesia Católica