Un Peregrino que nos acompaña

viernes, 19 de septiembre de 2014
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 Caminar (3)

19/09/2014 – Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.

Lc 8,1-3

 

 

Dios es un peregrino incansable y así el Señor se compromete en el andar del pueblo de Israel; les abre caminos y acompaña al pueblo. Este Dios que se hace alimento en el maná y se hace gesto refrescante dando agua cuando la sed los azota. Son características muy propias del andar de Dios en el pueblo Judío; lo mismo Jesús que se hace peregrino, un hombre en la marcha. A este Jesús queremos acompañarlo también.

Habiéndo sido ellos mismos encontrados por el Señor van con Él para encontrarse con otros que también lo buscan. Somos peregrinos y buscadores, todos los hombres. Nuestra contextura física nos define como andadores. Y en este peregrinar de la búsqueda de lo que sea plenitud para la vida nos da identidad. En este andar se suma Dios y no de cualquier manera, sino con un Dios alegre y gozoso. Esto es lo que define la Buena Noticia de Jesús.

La palabra griega “evangelio” significa eso, anuncio alegre. Este Dios nos sale al encuentro con una sonrisa para decirnos “tu búsqueda ha encontrado un rumbo, vení por acá”. Y eso nos da firmeza en nuestro caminar en donde se nos van abriendo nuevos caminos. Como cuando nos levantamos por la mañana en un escenario social tan confrontativo y desalentador… ¿qué decirles? Y lo mismo pasa con los docentes ¿cómo transmito esperanzas? Los empleados de la fábrica ¿entre los próximos suspendidos estaré yo?. En lo concreto de todos los días amanecemos con muchas preguntas. En medio de ese contexto que alguien nos diga “el camino es por acá” y que además lo sientas como certeza interior reconfortante… es realmente entusiasmante. Como decía Santa Teresa “me he determinado cada día hacer lo que tengo que hacer”.

Está en el evangelio la respuesta, es anuncio gozoso de una buena noticia. El evangelio no es ni una doctrina ni una moralina, sino presencia de un Dios vivo que nos anima y nos invita a seguir caminando, y con alegría. Hay una presencia de una gracia que asiste y da esperanza. ¡Cuánta necesidad tenemos de ver caminos!. Pero cuando nos ponemos en camino, cuando vamos detrás del Peregrino que nos dice “Vamos por aquí, paso a paso” todo cambia. Hay algo que está asegurado, la alegría, también en medio de las dificultades. Eso sí está asegurado, la gracia del Señor que acompaña. Que el Señor te ayude en este día a ponerte en camino.

La ley que acompaña al pueblo que camina en el desierto es un sendero que acompaña la marcha. Esa ley, se transforma en un único lugar donde el hombre encuentra todas sus respuesta, la ley del amor. Las mujeres que acompañan a Jesús lo acompañan en este ministerio de la misericordia que lo hace con tanta variedad de gestos y palabras. El peregrino del evangelio, el de la Buena Noticia, es el peregrino de la caridad y de la misericordia. En este sentido el Papa Francisco nos marca el rumbo. Lejos de decir que nos pongamos como espectadores de una guerra de carácter global, segun su perspectiva, nos invita a poner el cuero a las dificultades que aparecen sobre su vida. Hay amenazas sobre la vida del Papa sin embargo el sigue viajando, aún a zonas de conflicto: Albania, Turkía, Irak. ¿Qué lo lleva? El amor y la misión. Cuando uno tiene la certeza de que el lugar donde va es al que tiene que ir, va, no le importa las condiciones.

Por eso este marchar desde el evangelio, el escenario no puede ser segun la conveniencia, sino lo que el Señor indica. Esto es muy importante a la hora de pararnos frente al escenario que nos ofrece la sociedad con toda su problemática, tan compleja. Con inteligencia, con aplomo, con serenidad, buscando sumar a más en lugar de dividirnos… así estamos invitados a caminar a favor de un bien que es común a todos. ¿Cuál es ese bien? La dignidad de la persona humana.  El corazón humano aspira al bien total y eso supone estar incluídos todos los que estamos incluídos en esta misma condición, el ser personas humanas. La inclusión de todos en el camino es la clave y no como discurso, sino como actitud de salir al encuentro, esperando a los que vienen demorados, porque solamente si todos vamos es posible llegar. Te invito a que demos pasos a esa perspectiva de caridad que nos invita a seguir el Peregrino de Nazareth.

 Acompañar (2)

 

Luchadora

El P. Javier leyó el homenaje que le hicieron a Teresa Palma, una mujer de la Parroquia Transfiguración del Señor donde el P. Javier fue párroco. Ella era reconocida en el barrio por su lucha en favor de la dignidad de las personas que viven en villas de emergencia cercana a la parroquia.

Pocas palabras reflejan el crisol de su vida
la lucha
la resistencia
la fuerza

su autoridad tenía el talante de su mirada
y el olor a goma quemada
no le temblaba el pulso
si de cortar la ruta
para frenar el atropello
para desnudar la mentira
para plantar bandera

luchadora

vivir para luchar
luchar para vivir
con dignidad
la de los más pequeños
que hoy ya son grandes

luchadora
de piel curtida por mil batallas
de manos añosas
aferrando la esperanza

hizo de la lucha
su religión
era de la raza de los que creen
en el dios de los de abajo

en el dios que se hace barro
cuando la lluvia se llevaba todo
en el dios que se hace harina
para hacer el pan para vender
en el dios que se hace vela
cuando los
poderosos cortaban los ganchos
en el dios que se hace fiesta
porque siempre hay una alegría
para compartir
en el dios que se hace dolor
cuando la violencia se robaba
el futuro de los jóvenes

su fe era en el dios que se queja
que protesta
que se indigna

luchadora
pocas escuelas necesitan tan poco
para enseñar tanto

la sombra del árbol
el canasto por silla
el mate sobre la mesa
y tiempo para escuchar
su historia
su vida
su evangelio

supo tejer la confianza para retar
y la honradez para agradecer
era de las que exigen
porque sabía que el de “arriba”
daba para todos

como pocos
conocía todos los disfraces
de la mentira
como pocos
los mandaba de vuelta
a sus casas

Teresa
la de la Guardería
la de Los 40
la del Trencito

nos dejó su huella
su lucha
su pasión
el patrimonio imborrable
de su resistencia

Teresa
luchadora
descansa en paz…

 

Padre Javier Soteras