¿Cómo vivir con alegría en los tiempos penitenciales?

viernes, 16 de febrero de 2018
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16/02/2018 –  En este tiempo de Cuaresma somos invitados por el Señor  a disponer nuestros corazón para recuperar la semejanza, la identidad, para volver a ser lo que estamos llamados a ser.

Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?”. Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

 

Mateo 9,14-15

El tiempo de ayuno que Jesús propone es un dominio sobre nosotros mismos pero en la lucha de lo de todos los días; en esperanza y alegría.

¿A qué viene la pregunta de los discípulos de Juan? ¿Sin en verdad los discípulos de Jesús ayunan? Se podría traducir en ¿Por qué tus discípulos no ayunan como si lo hacemos nosotros? Lo que está en juego la modalidad del ayuno, en la frecuencia y en el estilo.

Jesús lo dice “No ayunen como los fariseos que ponen cara triste en su rostro”. El ayuno de los discípulos es un ayuno con presencia del esposo, de Jesús. Es alegre, en la certeza de que el Mesías esta con ellos, cerca.

Con la muerte de Jesús, hasta la resurrección, los discípulos ayunarán, llorarán, estarán tristes. Pero solo por un tiempo, porque esa tristeza se convertirá en gozo.

El tipo de ayuno que Jesús propone es el que nos hace justo, es decir, orientar nuestra vida hacia donde Dios quiere. Es de privación pero no por el cumplimento porque es la gracia del Señor la que en Cristo Jesús es el que nos redime y justifica

¿Por que ayunar ? Porque el ayuno en sí mismo nos ayuda a orientar nuestra vida hacia donde estamos invitado a ir. Dispone la naturaleza de tal manera que la gracia de Dios puede obrar en un terreno que se dispone a ser fértil.

Nosotros esta mañana queremos llenar de alegría el tiempo cuaresmal. El gozo y la alegría tienen que ser el norte de nuestro modo de vivir el Evangelio. No hay lugar para la tristeza, agobio, melancolía.