Monseñor Poli a los porteños: “Pastores y pueblo fiel hagamos juntos el camino de la evangelización”

lunes, 22 de abril de 2013
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Al asumir como arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Aurelio Poli, aseguró que “cuando entramos por la puerta de la fe, nadie ni nada puede arrebatarnos de las manos de Cristo y de las manos del Padre”. El prelado pidió a los sacerdotes llevar “con alegría este bendito oficio de servir con amor pastoral” e invitó a “renovar el entusiasmo por darlo a conocer a nuestro pueblo, para que conociéndolo puedan amarlo y servirlo”.

“El estilo cercano del Buen Pastor nos señala el camino y el modo de ser pastores”, subrayó en la homilía. “Dios, el Supremo Pastor de las ovejas ha prometido darnos pastores según su corazón. Esa promesa se realiza plenamente en Jesús el Buen Pastor. En su divina pasión se ha manifestado el amor misericordioso que brota de su corazón traspasado”, agregó.

Monseñor Poli explicó que “la caridad pastoral es aquella virtud cordial con la que nosotros pastores imitamos a Cristo en su entrega de sí mismo y en su servicio a los hombres. La caridad pastoral determina nuestro modo de ser pastores hoy, de pensar y de actuar, nuestra presencia de estar y caminar con la gente, y hasta nuestra oración e intercesión, para que nuestro gozo sea hablar a Dios de los hombres y a los hombres de Dios”.

“Esa cercanía que nos pone en la insustituible relación persona a persona, nos permite anunciar que ‘Cristo murió por todos, y que la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina’”, sostuvo.

El arzobispo aseguró que “al celebrar la figura del Buen Pastor en el comienzo de este nuevo servicio pastoral que me pide la Iglesia, recibo un gran consuelo y no puedo dejar de ver un signo de la Providencia que nos guía hacia un rumbo luminoso y esperanzador, para que, pastores y pueblo fiel hagamos juntos el camino de la evangelización”.

“Con la elección del Papa Francisco, se nos ha contagiado la alegría de tener un argentino –tan cercano y querido-, en la Cátedra del Apóstol Pedro, y vimos cómo muchos compatriotas han renovado el gozo de pertenecer a la Iglesia. Al mismo tiempo, el Señor nos interpela a profundizar nuestro compromiso de discípulos y misioneros, para ofrecer la riqueza del Evangelio a los que viven, trabajan y pasan por nuestra Ciudad, de tal manera que conozcan a Dios Padre y sus dones de justicia, amor y paz”, agregó.

Por último, monseñor Poli pidió que “no me falte en este servicio el amor a los pobres, sufrientes y excluidos, que inspiró a nuestro patrono, el obispo San Martín de Tours, quien supo remover de su corazón toda indiferencia; y de Santa Rosa de Lima quien me acompañó en estos años. Invoco la presencia y protección amorosa de la Madre del Pastor de los pastores, y le ruego que camine con nosotros; que Ella sea en el firmamento de la Ciudad de Buenos Aires ‘estrella de la Evangelización siempre renovada’”.

La celebración comenzó en el interior de la iglesia catedral, donde el prelado fue recibido por los obispos, sacerdotes, diáconos y seminaristas. El administrador arquidiocesano, monseñor Joaquín Sucunza, le presentó el crucifijo, para que el primer acto en el Templo sea una expresión de fe en Jesús, que el nuevo arzobispo materializó besando la cruz.

Seguidamente, se le entregó la llave de la catedral, y acompañado por los obispos auxiliares y el rector de la catedral, llegó hasta el presbiterio, en donde lo esperaban los miembros del episcopado argentino. De inmediato, tras una visita al Santísimo, el nuncio apostólico Mons. Emil Paul Tscherrig, hizo una breve plegaria por el nuevo arzobispo, quien luego saludó a la Santísima Virgen en su advocación de Nuestra Señora del Buen Aire con el canto de la Salve Regina. Luego besó la reliquia de San Martín de Tours, patrono de la Arquidiócesis y de la ciudad de Buenos Aires. Revestido ya con los ornamentos sagrados, se dirigió en procesión hasta el frente de la catedral donde comenzó la celebración eucarística.

La misa fue iniciada por el nuncio apostólico, quien comenzó con unas palabras de bienvenida y saludó al primado como representante del Papa, quien, aseguró "nos acompaña desde Roma". Luego entregó al canciller del arzobispado, monseñor Fernando Rissotto, para su lectura, el documento por el que autoriza la toma de posesión de monseñor Poli.

El vicepresidente de la Nación, Amado Boudou asistió en representación de la presidenta Cristina Fernández. También asistieron el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri y la vicejefa de gobierno María Eugenia Vidal.