Francisco: “El gesto del lavado de los pies es una herencia que Jesús nos deja”

jueves, 17 de abril de 2014
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17/04/2014 – El Papa eligió el Centro para Personas Discapacitadas "Santa María de la Providencia" de Roma para celebrar la misa “in Coena Domini” de este Jueves Santo, que conmemora la Última Cena y el lavatorio de Jesús de pies a los 12 apóstoles. Una multitud de fieles recibió a Francisco con gran entusiasmo a la entrada de la iglesia, con los que se detuvo para bendecirlos e intercambiar unas breves palabras.

En una breve e improvisada homilía, el Santo Padre habló del gesto de Jesús de lavar los pies como la herencia que nos ha dejado. Francisco recordó que "Él es Dios y se ha hecho siervo, servidor nuestro y esta es la herencia" y ha indicado que "también vosotros debéis ser servidores los unos de los otros". Asimismo, ha añadido que "Él ha hecho este camino por amor y también vosotros debéis amaros y ser servidores en el amor". El Papa ha recordado que Jesús hace este gesto de lavar los pies, "que es simbólico, lo hacían los esclavos, los siervos a los comensales". Jesús -ha indicado- "hace un trabajo, un servicio de esclavo, de siervo. Y esto lo deja como herencia entre nosotros". Por ello, ha observado, "debemos ser servidores los unos de los otros". Francisco añadió que en este día que la Iglesia conmemora la Última Cena, "también hace en la ceremonia este gesto de lavar los pies que nos recuerda que debemos ser siervos unos de otros".

Para finalizar, el Santo Padre ha explicado que en a continuación él iba a hacer ese gesto pero ha invitado a todos a pensar en el corazón en los otros, "en el amor que Jesús nos dice que debemos tener con los otros y pensar también cómo podemos servir mejor a las otras personas porque así lo ha querido Jesús de nosotros".

Al finalizar estas palabras, el Santo Padre se ha acercado a los doce pacientes discapacitados del Centro. Arrodillado, con dulzura y ternura, Francisco ha vertido agua en un pie de cada uno de los doce, lo ha secado y besado.

Los doce pacientes del Centro de la Fundación Don Gnocchi con discapacidad, algunos temporal y otros crónica, tenían entre 16 y 86 años. Entre ellos había 3 extranjeros -uno de ellos de religión musulmana- y los demás de nacionalidad italiana. Al finalizar la eucaristía, el Santo Padre llevó las formas consagradas al Sagrario y rezó allí unos instantes.

"Me hace sentir como una reina", dijo Angélica, una anciana de origen campesino, una de las personas con las cuales el Papa repitió el rito que recuerda el de Jesús antes de la Última Cena. Entre los seleccionados, hubo 9 italianos y 3 extranjeros, uno de ellos de confesión musulmana, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, de un rango de edad que va de los 16 a los 86 años. Osvaldinho fue el más joven de los que se encontraron con Francisco, tiene 16 años y es originario del país africano de Cabo Verde. Está en silla de ruedas por un salto desafortunado en el mar, en agosto del año pasado. El golpe le causó un traumatismo en las vértebras, restringiendo su movilidad.

 

Zenit / Rome Reports