“A la droga se la vence con el corazón, con la voluntad y con la verdad”, dijo Fernando Zubicoa

viernes, 26 de junio de 2020
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26/06/2020 – “Cuando di bien en el piso, me golpeé, dije, necesito ayuda, no quería reconocer que era un fracasado, conocí la comunidad y entré”. “Hice un camino de recuperación y la verdad que me enamoré del carisma”, expresó Fernando Zubicoa, uno de nuestros invitados en Madre del Pueblo.

El padre Marcelo Amaya, de Catamarca, dialogó en Radio María Argentina, con Fernando Zubicoa y Germán Arriel, de la Comunidad Cenáculo Catamarca, una comunidad de vida, ubicada en la zona de Ambato, El Rodeo, donde los jóvenes que necesitan salir de las adicciones encuentran un lugar de acogimiento.

¿Qué es la comunidad Cenáculo?

Recibimos en primer lugar a Fernando Zubicoa, coordinador de la Comunidad Cenáculo Catamarca, en la zona de Ambato “Lo que hacemos es acoger a los chicos de la calle o chicos que necesiten una ayuda para salir de la drogadicción”. “Nació así –agregó Fernando- con muchos chicos que venían de la calle con la dependencia de la heroína, o de la cocaína, crack, alcohol, marihuana, y en los últimos años, como la sociedad ha ido cambiando –aclaró- las dependencias no son sólo a esas sustancias, sino también al juego, al sexo, a las computadoras…”.

“También acogemos a chicas, tenemos una casa en Argentina para chicas, la primera casa en América Latina, que la abrimos en Villa Rosa, provincia de Buenos Aires, las chicas también, con los mismos problemas, también desórdenes alimentarios, mucha depresión, mucho sin sentido de la vida”. “Por eso, no es tanto la causa de porqué uno está acá, sino que esto es una escuela de vida”.

A diferencia de otras clínicas o centros terapéuticos, nosotros lo que hacemos es acogerlos, por supuesto gratuitamente, nosotros vivimos de la Providencia, y lo único que le pedimos a la familia es acompañamiento, que lo acompañe al chico, que haga un camino paralelo a él, de crecimiento, de conocimiento interno, de cambio, de encuentro con Dios, porque lo que nos diferencia es que hacemos un camino espiritual”.

¿Qué hace el joven para dejar las drogas en esta comunidad?

Fernando relató que “El chico para dejar las drogas lo que va a hacer, es rezar, trabajar y hacer una amistad verdadera con los demás”. “No hay psicólogos, medicinas, pastillas, no hay nada de todo eso”. “Nosotros tenemos en todas las casas del mundo a Jesús Eucaristía, aunque no tengamos dónde dormir, cuando nosotros abrimos una casa lo primero que hacemos, es buscar adónde va a estar Jesús”. “El obispo del lugar nos  concede la presencia de Jesús”, expresó.

¿Quién fue la hermana Elvira?

Fernando recordó a la hermana Elvira, ”Ella hoy tiene 82 años, está en silla de ruedas, perdió la capacidad de hablar, pero habla con los ojos y con su vida, ella está así -a parte de la edad-  porque se consumió por los demás, por los chicos de la comunidad”, expresó con cariño.

Resaltó la labor de la Madre Elvira, la que “Con determinación y cariño le devolvía la confianza al chico que se drogaba”.

Fernando contó además que esta comunidad nace en Italia, con la Hna. Elvira, quien cuando volvía de su convento sentía fuertemente ese grito y desesperación de tantos jóvenes, que a causa de la droga, el alcohol se perdían. Eso, decía ella que no la dejaba dormir y sentía dentro del corazón la necesidad de dar una respuesta a esa oscuridad de tantos jóvenes, que no le encontraban sentido a la vida. En Saluzzo (Italia), nació así la “Casa Madre” del Cenáculo.

Fernando, recordó el camino de los jóvenes dentro del Cenáculo, diciendo que “Cuando entramos ni el nombre del Padre sabíamos hacer (la señal de la Cruz), y ahora hacemos tres rosarios al día, el primero de rodillas ante Jesús”, destacó.

Les dejó un gran mensaje a los jóvenes que están en las adicciones, diciendo que “La droga no es gratis, que el joven no acalle la conciencia, que está haciendo sufrir a mucha gente y él mismo sufre”. Fernando, testimonió que un segundo momento de su estado límite, fue cuando quiso salir de la droga, “es duro y difícil pero se puede”, dijo.  “A la droga se la vence con el corazón, con la voluntad y con la verdad”, acertó.

Testimonio de Germán Arrei de Comodoro Rivadavia

Germán Arrei, es de Comodoro Rivadavia, y está recuperándose en la Comunidad Cenáculo Catamarca, y lo primero que compartió, es que llegó por medio de su mamá a este lugar.

¿Cómo llegaste a la Comunidad Cenáculo?

Contó que “Llegué a la comunidad hace dos años y dos meses, por medio de mi madre, yo era muy adicto a las drogas”. “Llegó un momento en mi vida que no encontraba salida y ya había dado todo por perdido”. “Y mi madre conoció a una señora que hace los coloquios en Comodoro y ella le comentó sobre esta comunidad que me podía salvar”.

“Yo al principio como que dudaba -confesó- pero como mucha salida no tenía, fue lo único que apareció en mi vida para que yo salga de todo el mal que estaba viviendo y gracias a ella pude conocer la comunidad y no pasó ni dos semanas que yo ya estaba en la comunidad”.

Destacó el trabajo en el que contribuyó en Villa Rosa, donde colaboró en la construcción de la primera casa para mujeres.

En cuanto a su fe, recordó que “Desde chico fui muy devoto a la Virgen, de Luján, pero recién acá en la comunidad empecé a entender más sobre Dios, sobre Jesús, sobre la Virgen, creía, pero no sabía lo que era una adoración, no sabía rezar el rosario, fue la comunidad la que me fue dando estas herramientas”, testimonió. “Poner todo en manos de Dios me salvó, me costó mucho pero fue la mejor decisión que tomé.”, dijo agradecido Germán.