¿Cómo abrir la puerta de nuestra interioridad? P. Hector Espósito

martes, 16 de enero de 2018
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Silencio

16/01/18 – Continuando con el “retiro espiritual radial” que estamos llevando adelante junto al padre Héctor Espósito, sacerdote de la arquidiócesis de Córdoba, misionero vicentino, nos adentramos en las áreas del silencio. En esta primera entrega el padre reflexionó sobre el silencio del ambiente y el del cuerpo.

Con la lectura de Juan, capítulo 15, donde Jesús se presenta como la vid verdadera, el padre Héctor nos invitaba a hacer silencio para abrir la puerta de la interioridad. Nos decía “Tenemos el tesoro adentro y lo andamos buscando afuera”.

Comenzó diciendo que “Abarcar estas cuatro áreas del silencio, es como el espiral que ingresa de afuera para adentro”, para llegar al centro del espiral hay que ir entrando de afuera para adentro para después sanar de adentro para afuera, agregó.

¿Qué es hacer silencio ambiental?

“La primera gran actitud del silencio ambiental es el orden, cuando algo está ordenado, cuando algo está en su lugar, decimos qué bien, da gusto estar acá”. “El ruido del ambiente es el desorden”.

El otro ruido del ambiente, citó el padre Espósito es la mugre, donde recordó lo que decía su tía: “ Yo tenía una tía que decía siempre donde está la mugre está el demonio”.

¿Para qué acumulas sarmientos muertos? ¿No te animás a cortarlos?

Siguió reflexionando sobre el ambiente, el cual exige, una inversión y una conversión. “Una inversión de poner orden y limpieza y una conversión en tomar la decisión de decir basta hasta aquí llegue, no puede ser, necesito de verdad convertir este ambiente para mí·.

“Creemos que el orden esta afuera, no, yo hago al ambiente,yo vivo el ambiente”, expresó el padre.

¿Cómo hacemos silencio ambiental?

Ubicarnos en el orden.

En cuanto a la segunda área, el silencio del cuerpo, dijo que hay que restaurar el cuerpo, “Creemos que el cuerpo es lo de afuera, y el cuerpo es interior, el silencio corporal es la toma de conciencia y la atención a que este ser, esta cosa como dice Santo Tomás, le llamamos cuerpo, pero es creación viva de Dios”.

Nesecitamos restaurar el cuerpo, por eso vino el señor se encarnó, se hizo cuerpo y al hacerse cuerpo lo tomó de una mujer, como tú, como yo. Ese cuerpo es el que necesita ser restaurado.

Padre Héctor Espósito

Agregó que “Evangelizar el cuerpo es llevarle la buena noticia de que es salvo”.

El cuerpo no es para la fornicación porque el cuerpo es de Dios. Hay que amarlo, para eso hay que despertar el cuerpo para una evangelización y conversión.

Mucha gente no ama su cuerpo porque es feo, porque es gordo y cuando uno no ama su cuerpo lo está profanando.

Necesitamos decirle al Señor “Toma mi cuerpo señor, sánamelo, cúramelo, te lo pido Señor”, “Hacer silencio corporal es la gran actitud de que mi cuerpo es ante Dios la riqueza hecha creación por sus manos”.