¡Beato Fray Mamerto Esquiú, ruega por nosotros! Por Padre Marcelo Amaya

viernes, 10 de septiembre de 2021
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10/09/2021 – “El Suncho es la localidad donde Fray Mamerto Esquiú entregó su alma a Dios, entregó su vida al Señor y pasó a la gloria de Dios”, comenzó diciendo el padre Marcelo Amaya, hablando sobre la devoción a nuestro flamante beato y el lugar donde murió Fray Mamerto Esquiú. Y agregó que “El Suncho es ahora un lugar de peregrinación”.

En un nuevo ciclo del programa Madre del Pueblo, el padre Marcelo Amaya, desde Catamarca, y en el marco de la fiesta de la beatificación de Fray Mamerto Esquiú compartió lo vivido en la fiesta de beatificación y los preparativos para la Acción de gracias por la beatificación de nuestro flamante nuevo beato argentino Fray Mamerto Esquiú.

Recibimos en primer lugar al padre Domingo Chávez, párroco de la localidad de Recreo, del departamento La Paz, quien contó sobre las celebraciones de Acción de gracias por la incorporación en el libro de los beatos a Fray Mamerto Esquiú.

Al respecto, el padre Domingo comenzó indicando que “Hace años que esperábamos este momento de ver a nuestro querido Fray Mamerto hecho beato”.

El padre Domingo reflexionó diciendo que “Quién iba a imaginar que en este lugar, El Suncho -lugar donde muere el beato- donde la vegetación se ha ausentado, donde solo habitan los algarrobos y los quebrachos tan firmes frente a la agresividad del clima, Dios iba a mostrar tanta gloria y tanta devoción por la beatificación de Fray Mamerto”, indicó el sacerdote.

“Ha sido una gran fiesta de la fe”

El padre Marcelo expresó que han vivido el sábado una fiesta con mucha alegría, fiesta de celebración por la beatificación de Fray Mamerto Esquiú, y dijo que “Ha sido una gran fiesta de la fe”, “mucho esfuerzo, mucho trabajo, pero valió la pena”, indicó el sacerdote.

 

¿Cómo acceder a las reliquias de primer y segundo grado de Fray Mamerto Esquiú?

En cuanto a las reliquias de Fray Mamerto Esquiú, el padre Marcelo Amaya recordó sobre la pérdida del corazón del reciente beato aunque recordó que se recuperaron algunos pedacitos de su corazón. Aclaró también que “Las reliquias de primer grado son restos mortales de Fray Mamerto y que están en la Catedral de Córdoba, sus huesitos, y en ese caso hay que hablar con el arzobispo de Córdoba que es quien puede autorizar poder brindar una reliquia del beato Mamerto Esquiú”. “Y las reliquias de segundo grado son las pertenencias de él y eso está en poder de los hermanos franciscanos de Córdoba y de Catamarca”, expresó.

Respecto a estas reliquias de segundo grado, el padre Marcelo aclaró que “Recuerden que ha sido un hombre muy austero, no dejó nada en vida, de pertenencia material, más que su brevario, su ropa, él utilizaba el sayal, el cual nunca se lo sacaba porque era lo que lo identificaba con su ser fraile”, acertó el sacerdote.

Fray Mamerto Esquiú, obispo misionero

Por su parte, Fray Pablo Reartes compartió otro de los aspectos de la vida del flamante beato. Habló sobre su ser de obispo misionero.

“Así Fray Mamerto Esquiú el 20 de octubre de 1880 se despedía de la Virgen del Valle y encomendaba su viaje, su vida y su muerte a Nuestra Señora del Rosario, según se refiere en su diario”. “Del mismo modo el 2 de octubre de 1881, festividad del Santísimo Rosario inauguraba su vida de obispo misionero siendo el pueblo de Río Cuarto el primer punto de campaña en que principió la segunda etapa de su vida episcopal”. “Son escasas las noticias que tenemos de las misiones que llevó en las campañas de Córdoba”. Y agregó que “El señor obispo Esquiú -escribe Alberto Ortíz- practicó la visita pastoral a los departamentos de Unión, Río Segundo, San Justo, Jesús María, Totoral, Tulumba, Ischilín, pero no se sabe lo que hizo en esos lugares, sólo algunos datos escritos por él en su diario”.

“En el segundo año de su episcopado, 1882, se dedicó a visitar la extensa diócesis, pocas son las pastorales del santo prelado, pero fue corto su ejemplar pontificado”. “Una característica insignificante en apariencia pero de sabido valor moral es la forma como el padre Esquiú comienza sus pastorales, se despojaba del honorífico “Nos” que usan ordinariamente los reyes, príncipes, obispos y prelados menores para expresar su dignidad, y empieza sencillamente Fray Mamerto Esquiú”. “El periodismo nacional decía: <El obispo Esquiú si hubiera figurado en Francia, Alemania, Italia, habría sido el primero entre los sabios y virtuosos de aquellas naciones”, expresó Fray Pablo Reartes, reflejando la humildad del santo obispo.