Cardenal Pironio: “Cuando salí de su casa, dije … una persona así no voy a conocer en mi vida”, dice Silvia Correale

miércoles, 21 de junio de 2017
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21/06/2017 – Su causa de beatificación se inició rápidamente, cuando se cumplieron 5 años después de su muerte, la Asamblea Episcopal Argentina decide abrir la causa de canonización, comienza diciendo Silvia Correale, doctora en derecho canónico y abogada argentina, Postuladora laica en el Vaticano, Vicepostuladora de la causa de canonización del siervo de Dios, el cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio.

Silvia expresó con emoción que “Fue mi padre espiritual durante tantos años… fue un buen padre y un buen formador… para mí es más fácil y a la vez más emotivo hablar de él”, dijo.

 ¿Cómo era el cardenal Pironio?

Un sacerdote orante, inmerso en el silencio a Dios, contemplativo… su palabra era fruto de un corazón elevado por la gracia divina… que quería transmitir su experiencia con un único deseo, transmitir coraje a los otros para que fueran personas maduras en su vida personal y en su vida comunitaria … relató Silvia, quien tiene

“Él no tenía la intención de ser un gran teólogo… escribía como un pastor… con palabras sencillas…simple claro, partiendo de un tema de reflexión, que siempre iluminaba con la Palabra de Dios y con el Magisterio, llegaba a conclusiones útiles para orientar la vida”.

“Sus escritos nacen de esa experiencia personal de él, de su vida, de su fe, y de esa relación con Dios y después expone todo de una manera simple pero muy profunda”. “Las cosas que ha escrito, son muy hermosas de leer, se ve que es el concentrado de la experiencia de una persona que vive mirando al Señor pero amando al prójimo…con el corazón en Dios pero con los pies en la tierra…”.

Silvia resaltó también que el Cardenal Eduardo Pironio, “Tenía un gran amor al Papa, porque él veía a Cristo en el Papa.. había tres cosas en Él… Él Padre, María Santísima y la cruz”. Aunque uno lo recuerda por la esperanza y la alegría… él vivía su amor por la iglesia… y ese deseo de transmitir su amor por la iglesia y por el Papa”, cuenta Silvia Correale.

A parte era una persona muy sencilla, muy humilde…”.

Una anécdota para entender cómo el Señor teje nuestras vidas

Los padres del cardenal Pironio eran inmigrantes de Friule, Italia, nació en Nueve de Julio, provincia de Buenos Aires, el 3 de diciembre de 1920, él fue el hermano número 22.

Después del parto de su primer hijo, su mamá quedó paralítica, y entonces pasa el obispo del lugar, pasa por su campo… la unge con la lámpara de la Basílica de Luján, y volvió a caminar…

Lo sorprendente es que ya en 1964, cuando lo declaran obispo de auxiliar de La Plata, el arzobispo le regala la cruz pectoral que pertenecía a ese obispo auxiliar que había ungido a su mamá.

Más tarde cardenal Pironio escribiría, “El día de mi ordenación episcopal el arzobispo me regaló la cruz pectoral de aquel obispo, sin saber la historia que había detrás. Cuando le revelé al arzobispo que debía la vida al propietario de aquella cruz, lloró”.

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Conoció a Juan XXIII y a Pablo VI

Conoció a los dos Papas”, dice la doctora Silvia Correale, pero trató mucho más a Pablo VI, porque siendo Secretario del Celam, visitó varias veces al Papa para la organización de la Conferencia de Medellín, expuso.

Entre los cargos que ocupó cabe mencionar el de vicario general de la diócesis de Mercedes, en 1959; fue profesor y luego rector del Seminario Mayor de Villa Devoto.

Juan XXIII lo nombró perito para la segunda sesión del Concilio Vaticano II.

Fue asesor nacional de la Acción Católica Argentina y presidente de la Comisión de Fe y Ecumenismo de la Conferencia Episcopal Argentina.

En 1967 fue designado Administrador Apostólico de la diócesis de Avellaneda; en 1969, electo secretario general del CELAM.

En noviembre de 1972 fue elegido presidente del CELAM y reelegido en 1974.

El 27 abril de 1972 Pablo VI lo nombró obispo de Mar del Plata.

El 19 de septiembre de 1975, el Sumo Pontífice lo designó Pro-Prefecto de la Sagrada Congregación para los Religiosos y los Institutos Seculares.

El 24 de mayo de 1976 el Santo Padre lo crea cardenal del título de los Santos Cosme y Damián.

El 9 de abril de 1984 Juan Pablo II lo nombra presidente del Consejo Pontificio para los Laicos.

Participó de todos los sínodos de Obispos, tanto ordinarios como extraordinarios o especiales.

La doctora Silvia Correale, resaltó la generosidad con la que desarrolló su tarea para la Santa Sede y la iglesia.

Falleció en su departamento en la ciudad de Roma (Italia) el 5 de febrero de 1998.

Fue admirable ver cómo llevó su enfermedad, recuerda Silvia, quien estuvo a su lado en esos momentos de su vida. La causa fue un cáncer óseo muy doloroso, que lo mantuvo postrado los últimos cinco meses de su vida, pero que lo había afectado desde hacía catorce años.