“Cuando no entregamos el corazón somos funcionarios de la misión” – Padre Javier Soteras

miércoles, 19 de septiembre de 2018
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19/09/2018 – “El misionero no es un lanzado a la tarea de la misión por generosidad, altruismo, por humanismo…, la misión tiene mucho de todo eso, pero la posibilidad de sostener la misión en el tiempo nace de una espiritualidad misionera y esa espiritualidad misionera tiene que ver con el encuentro constante con la carne de Jesús”, comenzó diciendo el Padre Javier Soteras, director de Radio María, en torno a la exhortación apostólica del Papa Francisco, Evangelii Gaudium (La alegría del evangelio).

Y continuó expresando que “Lo que el Papa plantea es la espiritualidad en la misionalidad, sin disminuir la importancia de la Misión “Ad Gentes”. Y recordó que “La gran misionera es una mujer en un convento de clausura, Teresita de Jesús, – a quien el Papa ama muchísimo – ella encontró el corazón de la misionalidad que es la espiritualidad misionera”, indicó el Padre Javier.

¿En qué consiste la misión?

“La misión se explica desde el anuncio, del primer anuncio”, expresó y agregó que “En la misión uno va al encuentro de la carne de Cristo, y por lo tanto se prepara desde ese lugar y se encuentra en ese lugar”.

Crisis de la iglesia

“La cultura mediática y algunos ambientes intelectuales a veces transmiten una marcada desconfianza hacia el mensaje de la Iglesia y un cierto desencanto. Como consecuencia, aunque recen, muchos agentes pastorales desarrollan una especie de complejo de inferioridad que les lleva a relativizar u ocultar su identidad cristiana y sus convicciones”. (E.G. 79)

El Padre Javier dijo que ante los escándalos en la Iglesia, se hace difícil ser un hombre o mujer de iglesia: Por casos de pedofilia, escándalos comprometidos con malos o fraudulentos manejos de las finanzas en la iglesia, más la falta de testimonio de autenticidad del cristianismo en el corazón de la sociedad, no pinta alto el rating de ser un hombre o mujer de iglesia. En este sentido el Papa apunta que mientras se va purificando la iglesia, el testimonio claro nuestro tiene que aparecer con toda su fuerza en el escenario de todos los días”, indicó el Padre Javier.

“El otro costado de un cristianismo auténtico es el que se necesita en estos tiempos, reconociendo que hay una acción del mal que ha operado en el corazón de la iglesia que la ha dejado mal parada, y hay que hacerse cargo de esto”.

¿Qué parte de mi tiempo le doy a la misión?

“Las personas necesitan imperiosamente preservar sus espacios de autonomía, como si una tarea evangelizadora fuera un veneno peligroso y no una alegre respuesta al amor de Dios que nos convoca a la misión. Algunos se resisten a probar hasta el fondo el gusto de la misión y quedan sumidos en una acedia paralizante”. (E.G. 81)

En este sentido, el Padre Javier reflexionó que “El problema está cuando no le damos al Evangelio el corazón, entonces cuando no le damos el centro, andamos regateando. Esto es para la iglesia y esto para mis amigos, para mi familia, como si mis amigos, mi familia, mi trabajo, no fueran momentos donde vivo el Evangelio y esto ocurre cuando el Evangelio no tocó el corazón de las personas”, indicó.

Finalmente, el Padre Javier propuso trabajar sobre tres ideas fuertes que nos posibiliten superar la crisis:

Ser contemplativos en la acción.

Llenarnos el corazón poblado de los hermanos y discernir desde la carne de Cristo qué caminos recorrer.

Llenar el alma todos los días de la caridad pastoral para salir del funcionalismo rutinario.