“Dios, no me diste lo que te pedí, pero me colmaste de los bienes que vos sabías que yo necesitaba”, rezo el diácono permanente Ángel Lasala

sábado, 6 de octubre de 2018
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06/10/2018 – Ángel Lasala es ingeniero agrónomo, esposo, padre de 6 hijos y abuelo de 2 nietas, pero su identidad eclesial es la de ser diácono permanente de la Diócesis de Cruz del Eje desde Villa Cura Brochero (Córdoba), donde vive con su familia. Este sábado, Lasala nos dejó su historia de vida y su testimonio. “Villa Cura Brochero es el corazón sacerdotal del país, porque hace dos años que el Padrecito Brochero es el patrono del clero argentino”, comenzó diciendo Ángel, con un corazón bien pegadito al santo argentino. En relación al inicio de su vocación como diácono permanente, Lasala recordó que “en el año 1996 el padre Ido Ricotti me invitó a colaborar en la organización de las Semanas Brocherianas. Con Estela, mi esposa, vinimos desde la provincia de Buenos Aires a vivir a la provincia Córdoba cuando nace nuestro cuarto hijo, Agustín, en 1987. Vinimos por mi trabajo de ingeniero agrónomo”, detalló.

Ángel también recordó que “hice mi primaria y mi secundaria en Buenos Aires con los hermanos del Sagrado Corazón. Y estos hermanos, los sábados nos llevaban al Cottolengo de Don Orione en Claypole y nos hacían interactuar con las personas que allí estaban. Y al final de la jornada nos decían: ´Vos tenés que darle gracias a Dios por tener a tu papá, a tu mamá, tu casa`. Y todo eso hizo que fuéramos descubriendo que Jesús está ahí, en el que sufre y al cual vos te acercás para darle una sonrisa”.

Lasala indicó además: “Entre el 2000 y el 2004, como familia tuvimos una experiencia muy fuerte cuando nuestra hija mayor sufrió de cáncer. Gracias a Dios, con el transplante de médulo lo pudo superar. Toda esa situación nos unió mucho como familia y sobre todo a mí con los dos más chiquitos, porque mi esposa Estela estaba en Córdoba acompañando a mi hija enferma y los otros que estaban estudiando, mientras yo me quedaba con los dos varones en Villa Cura Brochero. Hoy, mi hijo Pablo, el quinto, se está formando para ser ser sacerdote”.

Por último, Ángel Lasala nos dejó esta oración, que él mismo compuso en base a distintas expresiones que suele usar en el servicio pastoral:

Señor Jesús,

¿Qué decirte que tu ya no sepas?

Desde el día de mi concepción

me guiaste, protegiste y ayudaste.

Nunca te separaste de mi;

ni aún cuando yo no te respondí como te merecías.

Gracias por el don de la vida;

por mis padres, mis hermanos,

mi esposa e hijos.

No me diste lo que te pedí,

pero me colmaste de los bienes materiales

y espirituales que tú sabías que yo necesitaba.

Cada día enciéndeme más con tu Amor.

No permitas que se enfríen mis ansias misioneras.

Dame fortaleza para vivir en el servicio

y entrega a is hermanos que más lo necesiten.

Amén