“El camino lo abre la oración”, dijo el padre Javier Soteras

jueves, 18 de abril de 2019
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18/04/2019 – Junto al padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, en el ciclo “Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia”, recorrimos el tramo final de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría de evangelizar), y su reflexión giró en torno a la fuerza misionera de la oración de intercesión.

Al respecto, indicó que “Todo lo que en esta obra se ha hecho ha sido por la fuerza de la oración, sí, hay venido las donaciones, las personas que dieron su sí, pero en verdad el camino lo abre la oración”.

En este sentido, dijo que la primera comunidad reunida en torno a María, a su Hijo, es una pequeña experiencia comunitaria: “Haciendo memoria de aquel primer cenáculo que dio origen a la vida de la Iglesia, donde la pequeña comunidad orante alrededor de María y al misterio de su Hijo, que nos regala el don del Espíritu Santo, refleja una pequeña experiencia comunitaria”. Y completó diciendo que es los mismo que ocurre hoy en nuestros cenáculos marianos, “Donde hacemos todo el recorrido de la primera comunidad cristiana, es decir, compartimos la oración, compartimos la vida, compartimos bienes con el proyecto de evangelización, que en este caso es la radio y la obra de María en su conjunto”, expresó el sacerdote.

“Entrar por un camino de oración de intercesión en comunidad supone todo un recorrido que hay que hacer también para en ese andar darnos cuenta que con otros compartimos la vida, la oración y los bienes para llegar más lejos”.

Hay una forma de oración que nos estimula particularmente a la entrega evangelizadora y nos motiva a buscar el bien de los demás: es la intercesión. Los grandes hombres y mujeres de Dios fueron grandes intercesores. (E.G. 281-283)

“Cuando oramos con insistencia, sin desfallecer, oramos porque el Señor nos invita a hacerlo y porque el Espíritu Santo está cerca”. “Pero también reconocemos que la fragilidad, la carne es débil, por lo tanto -dijo el sacerdote- necesitamos orar para que en la fortaleza de Dios podamos superar nuestra debilidad, allí nos hacemos fuertes y Dios se hace charquito para venir hasta donde estamos nosotros, para regalarnos su poder, su gracia”, indicó el padre Javier.

“En la vida de los santos, los grandes hombres y mujeres de la historia, han sido grandes intercesores”, recordó el padre Javier, citando al papa Francisco.

Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Mirándola aprendemos a contemplar el misterio de Dios en el mundo. Le rogamos que con su oración maternal nos ayude para que la Iglesia llegue a ser una casa para muchos y haga posible el nacimiento de un mundo nuevo. (E.G. 288)

Finalmente, el padre Javier, expresó que “Para la vida de cada uno de nosotros hay una promesa, pero las promesas Dios las hace realidad cuando nosotros oramos en el espíritu junto a María y permanecemos junto a María unidos al misterio de la cruz de su Hijo, acompañando los procesos de transformación del mundo que siempre son pascuales”, concluyó el padre Javier Soteras.