“El desafío es el de compadecerse, el de estar”, dijo el padre Angel Rossi

viernes, 15 de febrero de 2019
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15/02/2019 – El padre Ángel Rossi, sacerdote jesuita y Superior de la Compañía de Jesús en Córdoba, comenzó recordando a San Claudio de la Colombiere, sacerdote jesuita cuya fiesta se celebra hoy.  “Se lo llama el santo de la confianza, porque tenía un sentido de la confianza, de la misericordia,  muy hermoso. Fue uno de los santos muy unidos a la devoción del Sagrado corazón de Jesús junto con Margarita María de Alacoque, de la cual fue su director espiritual”, recordó el padre Ángel.

Indicó también que “Margarita de Alacoque en una de sus visiones, escuchó: <mañana vendrá a tu casa el que te va a ayudar>, ella no sabía bien, pero al día siguiente en la misa, no fue el capellán de ella, si no en su reemplazo fue Claudio de la Colombiere, y él fue el que le creyó y le dio credibilidad a los mensajes de Margarita y ellos dos están hermanados en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús”, enfatizó.

Por otro lado, el padre Ángel habló de “Hay que acompañar el sufrimiento humano, porque el sufrimiento humano -dijo- es un misterio, pero ciertamente, los misterios no son para ser entendidos, si no abrazados”.

“A veces gozosamente -continuó el sacerdote- a veces dolorosamente, como enfermedades, partidas prematuras de los que queremos, cuantas veces queda uno así como sin respuestas, pero sobran los profesionales del consuelo, a veces a los gemidos de un hombre atribulado contestan con frases genéricas, a las desesperaciones a veces con citas bíblicas, por supuesto que tienen su valor, pero no basta no.. al que le pide con una palabra de vida le responden con un texto doctrinal…”, expresó.

“En cambio se dice que el único consuelo eficaz es la compasión verdadera, la compasión posible y obligatoria, mucho más profundamente de la que ordinariamente estamos dispuestos.. quizás la frase es aquella de San Pablo en la segunda Carta a los Corintios: <Reír con los que ríen y llorar con los que lloran>,  ese es el desafío, es la manera de amar, que significa participar en su aflicción”, alertó el padre Ángel Rossi.

En este sentido, el padre Ángel dijo que “La caridad no se contenta en hacer algo por aquel que sufre, si no que exige sufrir con él, no es compadecerse de… si no padecer con… es decir, que hay dolores que solo compartiéndolos pueden ser aliviados”, acertó.

Citó a Henri Nouwen, quien contó la experiencia de un hombre que estaba a punto de entrar a la sala de operación:

“<Si hay un hombre que está por entrar a una sala de operación, si este hombre no tiene nadie cerca que lo espere, lo más seguro que en su disposición se quede en la operación, no ponga nada de su parte para salir, en cambio -dice Nouwen- el desafío es incluso si no te conoce, acercarte a él, tomarlo de la mano… que te vea, que te huela, que te sienta… y poder decirle antes que entre a la sala de operación, te espero… de lo contrario es probable que él mismo se disponga a no salir de la operación>”.

“Este es el desafío, el de compadecerse”, concluyó el Padre Ángel Rossi.