“El desafío es estar al pie de la Cruz” – Padre Ángel Rossi

viernes, 14 de septiembre de 2018
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14/09/2018 – “Contemplamos la cruz desde la resurrección, porque esta le da sentido a la cruz. Por lo tanto frente a la cruz no hay puntos medios, o huimos o permanecemos”, reflexionó el Padre Ángel Rossi, sacerdote jesuita, en el día que celebramos la fiesta de la exaltación de la cruz.

La invitación es a quedarnos

Y agregó diciendo que “Frente al ícono de la huida y de la fuga, creo que el pasaje bíblico que resume más clara y sintéticamente esto, es Marcos 14, 50, que dice: <Y abandonándole huyeron todos>, esta es la posibilidad de la fuga”.

Y por otro lado, dijo que “El ícono por excelencia de la permanencia, es lo que dice en Juan 19,25-26: <Junto a la cruz estaba, permanecía su madre, compadeciéndose junto a la cruz del Señor>”.

El desafío para nosotros es estar, en silencio al pie de la cruz y pedir la gracia de no huir. Habría que analizar las formas en las que nosotros nos fugamos de nuestra cruz. A veces hay fuga a través de la infidelidad, del dejarse estar, del trabajo sin límites, la fuga de no diálogos en familia, la fuga de no atender a los hijos como se debe, la fuga de la no oración, con el pretexto de que no tenemos tiempo…”, señaló el Padre Ángel.

En fin, cada uno tiene su modo de huir, pero a la cruz no se la puede gambetear. Se dice que un hombre o la mujer que huye, es alguien que no soporta el silencio, no sabe de esperas, no sabe de permanencias, no sabe de hacerse cargo de sus hermanos, no sabe de amistad, no sabe de amor, no hay memoria en su corazón. Por otro lado, para no desanimarnos, se dice que siempre hay algo del corazón que no puede darse a la fuga, que se mantiene allí misteriosamente, y por ahí por donde el Señor nos rescata”, expresó.

“En cambio el hombre que sabe estar al pie de la cruz, espera, aguanta, abraza, sostiene, en esta imagen del saber estar, está simbolizada María”.

Finalmente, nos invitó a ponernos frente al Señor, contemplar al Señor en la cruz. “Que podamos ponernos frente a Cristo en la cruz, y como invitaba San Ignacio preguntarnos: ¿Qué he hecho por Cristo? ¿qué hago por Cristo? ¿qué haré por Cristo? Ponernos frente a Jesús en la cruz y dejar que Él nos hable y nos consuele”, concluyó.