“El Dios de la Libertad”

jueves, 7 de junio de 2018
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07/06/2018 El padre Miguel Ortega, sacerdote chileno, escribió este hermoso texto acerca del don de la Libertad:

Hay un regalo maravilloso que no siempre sabemos valorar. Quizá porque estamos demasiado acostumbrados a vivir libremente en este mundo.

Junto a la vida Dios nos dio la libertad. Fue su primer gesto de ternura.

Dios sin lugar a dudas ama la libertad. Así lo demostró con Israel cuando lo vio oprimido en Egipto.

Dios no soportó el látigo, el despotismo y el abuso, no pudo resistir el atropello y la esclavitud que el faraón ejercía con los habitantes de su pueblo.

Él, en persona, los rescató y los hizo avanzar por el desierto para conquistar su libertad.

Dios no solo ama la libertad. Él nos hizo libres.

Ese fue el mayor riesgo de Dios, su aventura más grande, su mejor muestra de confianza, su generosidad más evidente.

Nos hizo libres para vivir y para amar.

Lo que pasa es que Dios no acepta ser amado por esclavos. Dios no nos quiere sometidos u obligados. Dios no nos trata como marionetas. Dios no es como el domador de leones en un circo.

Dios nos deja ser.

Nos deja aprender.

Nos permite el tropiezo y la caída para que aprendamos a caminar.

Dios no es un sobreprotector que nos ahoga con sus cuidados.

Tampoco es un dominador que nos aplasta, ni un déspota que nos doblega, ni un dictador que nos oprime.

Dios invita, sugiere, ofrece, pide, llama, muestra caminos, abre perspectivas, libera ataduras, rompe cadenas.

Ese es Dios: el que rescata al hombre de sus prisiones más profundas, el que abre las cárceles de los que viven encerrados en sus propias rejas.

¡Dios es nuestra libertad!

Pero Dios pide nuestro grito, nuestro llamado y nuestra colaboración.

Dios no nos da el alimento digerido ni las cosas al alcance de la mano.

Dios nos hace dignamente libres.

El pan no lo recibimos de él como limosna, sino que tenemos que ganarlo nosotros mismos haciendo sudar la frente. La vida tenemos tomarla en nuestras manos para vivirla intensamente según nuestras opciones.

La libertad es don y es conquista

Hay algunos que no aman la libertad, le tiene miedo, la encuentran demasiado arriesgada y peligros. Preferirían que Dios nos hubiera hecho terminados, acabados, listos, sin posibilidad de equivocarnos o de errar en el camino.

Dios prefirió otra cosa: Quiso que el hombre sea libre, que el bien lo seduzca, que la belleza lo atraiga, que se deje entusiasmar por la verdad, que siga la justicia, que dé sus pasos en el amor.

Los fariseos de la moral, los vigilantes de las buenas costumbres, habrían deseado que el hombre fuera presionado y obligado a vivir correctamente.

Dios se las jugó por la libertad.

Nos invita a ser conscientes y responsables. Nos hace ser dueños de nosotros mismos. Nos ayuda a meditar pausadamente antes de decidir cada una de nuestras acciones.

¡Sin duda con la libertad no se juega!

Es un don inmerecido, un regalo maravilloso, una tarea por realizar, un riesgo, un camino. Dios ha preferido correr riesgos con nosotros

¡Dios es nuestra libertad!

Extraído de “¿Y quién es Dios?” – Miguel Ortega  – Ediciones Paulinas   Colección Optimismo