El martirio y la Navidad van de la mano

miércoles, 26 de diciembre de 2018
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26/12/18.- Hoy la palabra de Dios nos invita a reflexionar en este tiempo de Navidad en una situación distinta. Aunque parezca contrastante con la celebración de la Navidad celebramos a San Esteban, el primer mártir. Esteban apedreado hasta la muerte tuvo el valor de creer en la promesa expresada en la sencillez del pesebre.

La fidelidad al evangelio conlleva dificultades y persecuciones y aunque parezca un panorama desalentador y suficiente para renunciar al deseo de seguir a Jesús, se nos reafirma que ser discípulos de Cristo es cosa seria y no solo el entusiasmo de un momento. El Señor nos asegura que en el momento de las persecuciones no estaremos solos, el Espíritu Santo soplara y se manifestara para que podamos propiciar esas palabras que muchos no quieren escuchar. Dejemos al Espíritu expresarse en nosotros. Es el modo de extender la alegría de la Navidad.

La sencillez del pesebre y la dureza del martirio van a la par en la vida de los santos y santas y en la vida de tantos hermanos que hoy son perseguidos hasta la muerte a causa de la fidelidad al Evangelio. Que la alegría del pesebre y la dureza del martirio sean parte de nuestra vida con la fuerza del Espíritu.

Jesús dijo a sus apóstoles:
Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.
A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos.
Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento,
porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.
Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.

Mt. 10,17-22.