El servicio como condición para compartir la suerte de Jesús

miércoles, 25 de julio de 2018
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25/07/2018 – En el evangelio la madre de los Zebedeos pide a Jesús, que acaba de anunciar su ida a Jerusalén (y con ella su muerte), que tenga en cuenta a sus dos hijos para que « se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.» Jesús responde directamente a los discípulos que entre ellos el que quiera ser el primero que se haga el último. Es el camino del servicio y del abajamiento el que nos permite compartir la suerte de Jesús, su pasión y resurrección.

 

Catequesis en un minuto

 

 

Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?» Ella le dice: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.» Replicó Jesús: «No sabeb lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo voy a beber?»

Le dijeron: «Sí, podemos.»

«Mi copa, sí la beberan ; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.»

Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Jesús los llamó y dijo: «Saben que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será su servidor, y el que quiera ser el primero entre ustedes, será su esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»

Mt 20,20-28

 Los discípulos no sólo no entendían, sino que seguían con sus ambiciones personales. La madre de los hijos de Zebedeo, como portavoz de sus dos hijos, Santiago y Juan, llega cerca de Jesús para pedirle un favor: “Manda que estos dos hijos míos, se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu Reino”. Ellos no habían entendido la propuesta de Jesús. Estaban preocupados sólo con sus propios intereses. Esto refleja las tensiones en las comunidades, tanto en el tiempo de Jesús como en el tiempo de Mateo, como hoy en nuestras comunidades.

 Jesús reacciona con firmeza. Responde a los hijos y no a la madre: “«No saben lo que pedís. ¿Pueden beber la copa que yo voy a beber?» ” Se trata del cáliz del sufrimiento. Jesús quiere saber si ellos, en vez del lugar de honor, aceptan entregar su vida hasta la muerte.

Catequesis completa