“En cada misión, la imagen de nuestra Madre de Sumampa nos acompaña”, dijo Fer Pacheco

miércoles, 21 de abril de 2021
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21/04/2021 – En Madre del Pueblo, junto al padre Marcelo Amaya, desde Catamarca, como todos los sábados, recorrimos el rostro de María en su Pueblo, nos adentramos en la historia de la llegada a Sumampa de la Virgen de la Consolación. Al respecto Fer Pacheco del Ministerio de música Sumampa nos dijo que “Siempre en cada misión, que es la evangelización a través de la música, la imagen de nuestra Madre nos acompaña”. El padre Marcelo nos ayudará también a profundizar en la vida de San José en este su año y también a través de su trabajo conoceremos la vida del futuro beato argentino Fray Mamerto Esquiú.

En primer lugar, el padre Marcelo nos llevó a recorrer la historia de la devoción a la Virgen de la Consolación de Sumampa, en la provincia de Santiago del Estero. Comenzó diciendo que “Esta devoción convoca a muchos peregrinos, a muchos fieles”. “Las festividades de esta imagen se celebra el 23 de noviembre, habitualmente, en honor a Nuestra Señora de la Consolación en Sumampa”.

En torno a la historia de esta advocación mariana el padre Marcelo dijo que “La historia de la imagen se remonta a 1630, y a Don Antonio Farías Sáa, un hacendado portugués, devoto de la Virgen, que estaba radicado en Córdoba y tenía su hacienda en Sumampa”.

“Compartía una tierna piedad mariana y sintió la necesidad de tener en esas desoladas tierras una imagen que le acompañara y que sirviera para reunir a la escasa cantidad de pobladores que, allá por 1630, habitaban la zona”, contó el padre Marcelo.

“Mandó a traer desde Brasil dos imágenes hacia Sumampa. Una era la Inmaculada Concepción y otra la Virgen de la Consolación”.

“El barco llegó al puerto de Buenos Aires y una vez desembarcadas fueron colocadas sobre dos carros tirados por bueyes y despachadas rumbo al norte. Al llegar a Luján, uno de los carros, el que transportaba a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, se detuvo y los bueyes se negaron a seguir viaje”.

“La historia es por todos conocida y hoy, en las cercanías de ese paraje, se alza imponente la Basílica dedicada a la Virgen de Luján, Patrona de Argentina”.

“El otro carro siguió su ruta y al llegar a Córdoba, la imagen fue montada en el lomo de una mula para ser llevada a Santiago del Estero”.  “La historia cuenta que la mula, que integraba una tropa de carga, se extravió al llegar a Sumampa Viejo. Y por sí sola, sin que nadie la guiase, se encaminó a la estancia de don Antonio Farías de Sáa”. “El prodigio fue comentado en toda la comarca y pronto comenzaron a acudir sus moradores para rezar frente a la Virgen”.

Fer Pacheco Carrizo del Ministerio de música Sumampa, contó que “En lo personal, lo que puedo compartirles, es que siempre en cada misión, que es la evangelización a través de la música, la imagen de nuestra Madre nos acompaña”. Y completó diciendo que “En una oportunidad, antes de la pandemia, hemos tenido la posibilidad de viajar misionando, y es ahí donde hemos tenido la experiencia de la presencia de la Virgen, ante la imprudencia de un conductor, sentimos la protección de la Virgen”, recordó.

Los sueños en la vida de San José

Y en torno a la figura de San José el padre Marcelo se refirió a los sueños en la vida de San José “Qué buen sueño el que tuvo José donde Dios le comunica su voluntad”. Citó además el documento “Carta con corazón de padre”, del papa Francisco, donde dice que “José estaba muy angustiado por el embarazo incomprensible de María; no quería «denunciarla públicamente», pero decidió «romper su compromiso en secreto». En el primer sueño el ángel lo ayudó a resolver su grave dilema: «No temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Su respuesta fue inmediata: «Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado»“.

“Con la obediencia superó su drama y salvó a María”, recordó el padre Marcelo.

La humildad en Fray Mamerto Esquiú

Y por último, recorrimos junto al padre Marcelo el espacio dedicado a Fray Mamerto Esquiú, quien en primer lugar destacó algunas virtudes del futuro beato, diciendo que una de las cualidades de Fray Mamerto es la humildad.

Y luego recibimos nuevamente a Fray Pablo Reartes, quien habló sobre la humildad en Fray Mamerto Esquiú. En primer lugar, recordó el pensamiento del futuro beato sobre la humildad: “<Solo alguien consciente de su minoridad ante Dios y ante los demás puede expresar esta bella palabra, como es verdad que a los que nos falta el amor nos falta igualmente la inteligencia de las cosas más sencillas de la vida espiritual>”. “Este pensamiento -indicó Fray Pablo- lo dijo Fray Mamerto Esquiú y está expresado en el “Diario de recuerdos y memorias”, tomo uno, vida privada, junio de 1862″.

“Otra característica de Fray Mamerto Esquiú acerca de su humildad, fue el llevar siempre el hábito franciscano, a lo largo de sus 56 años no usó otra vestimenta que este pobre sayal, y fue un signo de su pobreza, obediencia y castidad, es la humildad del fraile discípulo del pobrecillo de Asís”, contó el sacerdote.

“Fray Mamerto solía examinar frecuentemente el cumplimiento de sus devociones personales, la vida religiosa en la que vivió estaba cargada de ejercicios de devoción, entre ellos, novenas, coronas, viacrucis, jaculatorias, rosarios diarios, y la práctica de las virtudes, pero su oración y su piedad constituyen una parte de su humildad”.

Y nos invitó a pedir su intercesión, diciendo “Beato Fray Mamerto Esquiú ruega por nosotros”.