“Guadalupe es la aparición más singular de todas la apariciones marianas”, María Cecilia Jaurrieta

10/02/2020 –  Este viernes, en el ciclo “María en clave franciscana”, María Cecilia Jaurrieta, miembro de la Orden franciscana seglar, habló de dos temas muy importantes y que están enraizados en el corazón de todos los devotos de María: la oración del Ángelus y la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de Amércia.

El saludo del Ángel a María

La bella costumbre del rezo del Ángelus, esta tradicional oración mariana, está muy relacionado con un viaje que hizo San Francisco de Asís a Oriente para intentar  hablar con el sultán y exhortarlo a la conversión.

María Cecilia explicó que, si bien no tuvo éxito en este sentido, “Francisco era un fino observador de la cultura y una de las cosas que le llamó la atención fue la costumbre musulmana del llamado que se hacía desde las mezquitas a rezar varias veces al día al pueblo. Esta costumbre quedó anclada en su corazón y en el de los franciscanos, por la devoción que tenían a María”.

“Muy poco tiempo después, luego del fallecimiento de Francisco, se convoca a rezar el saludo del Ángel a los hermanos y, ya en 1250 en un convento en Arezzo, se comienza a recitar el Ave María después de los saludos”, agregó.

En 1269 los hermanos franciscanos comienzan a exhortar también al pueblo a saludar a la Virgen cuando sonara la campana de la tarde (a la hora del rezo de Completas). A partir de allí, el pueblo fiel comienza a santificar su día con el Saludo a María tres veces al día celebrando, con esta oración,  la Encarnación del Hijo de Dios.

María Cecilia aclara que “si bien San Francisco no inventó el Ángelus, sentó las bases de esta costumbre, porque su devoción a la Encarnación del Hijo de Dios impregna todo lo que hace”.

La Virgen vino a remediar los males de su pueblo

“Guadalupe es la aparición más singular de todas la apariciones marianas-señaló María Cecilia- porque en las demás apariciones de la Virgen se exhorta a la conversión y a la penitencia. En cambio, en Guadalupe, la Virgen se presenta como alguien que quiere proteger a sus hijos”

Es importante, en este sentido, conocer el contexto en que se da esta aparición: los aztecas tenían predicciones de sus sabios en donde se los  alertaba de la llegada de invasores y el pueblo sería destruido y destinado a la perdición. El pueblo entonces se encontraba, en ese momento, abatido y en un estado de  profunda depresión cultural.

Ese presagio se cumplió con la venida de los españoles y la ocupación de México: “Poco tiempo después de la llegada de los españoles aparece la Virgen. Las apariciones son en 1531, a unos escasos 40 años después del descubrimiento de América”, destacó María Cecilia.

Para remarcar la fuerte presencia guadalupana en la historia del pueblo mexicano, nuestra invitada comentó las palabras del historiador Arnold Toynbee, agnóstico y ateo,  quien dijo que “no se explica la historia y cultura mexicana sino a través de Guadalupe”.

“El pueblo resurgió gracias a esta devoción a María que se presenta como quien quiere cuidar a sus hijos en el Tepeyac y remediar sus males”, señaló María Cecilia.

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