Hemos encontrado al Mesías

lunes, 4 de enero de 2021
image_pdfimage_print

04/01/2021 – Comenzamos a compartir la catequesis junto al padre Gabriel Camusso, sacerdote de la Diócesis de San Francisco:

Estaba Juan Bautista otra vez allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué quieren?”. Ellos le respondieron: “Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?”. “Vengan y lo verán”, les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde. Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías”, que traducido significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas”, que traducido significa Pedro.

 

San Juan 1,35-42

 

Juan Bautista, fijando su vista sobre Jesús que pasaba… dijo: «Este es el Cordero de Dios.» Busquemos fijar los ojos en Jesús. Impregnarnos de esta contemplación.

Los dos discípulos que oyeron esta Palabra siguieron a Jesús. Me imagino esta escena. Jesús va por un sendero. Dos hombres se deciden a seguirle, tímidamente, con el corazón saltante. Es el primer encuentro. ¿Qué va a hacer Jesús? ¿Qué pensará? Por el momento basta “seguirle”.

Nos quedemos con teres actitudes: Buscar, seguir, quedarse con Él. Responder a su “Vengan y vean”. Como respuesta a su deseo.

Juan lo recuerda con precisión, cita la hora exacta. Esto es normal, pues era su primera conversación con Jesús.

La buena nueva del evangelio no atañe a individuos aislados, sino a personas, en relación con otras y es por medio de esas relaciones que se propaga un cierto encuentro con Jesús.

A través de nuestras relaciones humanas, si sabemos mirarlas en profundidad, con fe, veremos que se juega allí un designio de Dios: no es por azar que he encontrado a tal persona, que trabajo o habito cerca de “tal”; Dios cuenta con ello, y Él tiene algo que ver en este encuentro o en estas relaciones.

 

 

Todos recordamos los encuentros importantes de nuestra vida. Te invitamos a que hagamos un ejercicio de memoria: ¿Cuándo…

Publicado por Radio María Argentina en Lunes, 4 de enero de 2021