Jesús Maestro

lunes, 9 de septiembre de 2019
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09/09/2019 – Lunes de la vigésimo tercera semana de Tiempo Ordinario.

“Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.

Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.

Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»

Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»

Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

San Lucas (6,6-11):

Tomando el Evangelio del día ubicamos a Jesús en la Sinagoga en donde se encontraba enseñando. Esta actitud forma parte de la actividad pública de Jesús que, de a poco se va mostrando como el Mesías, como el Hijo de Dios. Esto va generado admiración en muchos y en otros genera recelo y rechazo.

En definitiva, en este pasaje del Evangelio Jesús se muestra como Maestro. Jesús enseña como quien tiene autoridad y pone, en el centro de su enseñanza a la persona, al hombre creado a imagen y semejanza de Dios.

Pero, el evangelio de hoy nos muestra que, el mismo pueblo comprende pronto que el título de Maestro es insuficiente para Jesús: no sólo enseña cosas admirables y lo hace con autoridad, sino que, además, acompaña sus enseñanzas con gestos extraordinarios, con «signos» y «obras de poder» y curaciones.

Como Maestro evangelizó, sanó, resucitó muertos, multiplicó panes y peces, produjo pescas milagrosas, profetizó, pastoreó, juzgó, enseñó, lavó pies, rompió las leyes de la física cuando caminó sobre las aguas, sanó suegras, liberó endemoniados y discípulo pescadores, adolescentes, cobradores de impuestos y ocultos seguidores.

Con su don de Maestro, Jesús acercó el Reino de los Cielos a nuestro patio, a nuestras vidas, a nuestra vida cotidiana, a nuestros corazones. Y esto siempre con el ejemplo.