Jesús nos invita a la acción de la compasión

martes, 10 de julio de 2018
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10/07/2018 – Jesús, en el Evangelio de hoy, intenta hacer el milagro de curar; esto provoca una reacción adversa en los fariseos, para ellos Jesús era una especie de enemigo. A partir de este milagro de liberar “al endemoniado”, Jesús también nos muestra la necesidad de que todos los bautizados nos comprometamos en la construcción del Reino.

 

Catequesis en un minuto

 

En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: “Jamás se vio nada igual en Israel”. Pero los fariseos decían: “El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios”.
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.”

 San Mateo 9,32-38

 

 

 

Catequesis completa