“Joao Luiz Pozzobon decía: Yo encontré la alegría en el sacrificio”

viernes, 8 de junio de 2018
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08/06/2018 – Desde Roma, la Dra. Silvia Correaleabogada, especializada en Causas de canonización, junto al Vicepostulador de la causa de beatificación de Don Joao Luiz Pozzobon, Padre Vandemir Meister, recorrieron la vida de este Siervo de Dios brasileño, hijo espiritual del Padre Kentenich e iniciador de la Virgen peregrina de Schoenstatt, también conocida como la Campaña del Rosario.

¿Quién fue Joao Pozzobon?

Joao Luiz Pozzobon, un infatigable misionero que durante 35 años recorrió a pie unos 140 mil kilómetros con una imagen de la Madre tres Veces Admirable de Schoenstatt al hombro.

El encuentro del Padre Vandemir con Don Joao Pozzobon

Silvia comenzó diciendo que “Fue un constructor de paz y de comunidades de caridad en medio de su gente, fue un gran apóstol del amor de Dios y de la devoción a la Virgen Santísima, a la Virgen peregrina”. Por otra parte, expresó estar muy contenta de tener la visita en Roma, del Padre Vandemir, venido desde Brasil.

El padre Vandemir inició el diálogo contando cuándo conoció a Don Joao, “Personalmente a la Virgen peregrina yo la conocí, cuando tenía nueve años. Yo vivo al Sur del Brasil, y llegaba a casa la imagen, y mi mamá comenzó siendo misionera de la Virgen”, contó.

“Y el contacto con Don Pozzobon, fue cuando yo tenía dieciséis años, lo conocí personalmente una semana antes de su fallecimiento. Él recién llegaba de Argentina. Fue mi primer contacto y mi único encuentro”, indicó el padre Meister.

Era el santo de la vida diaria

Y agregó que “Su vida es un testimonio muy amplio, fue muy de la vida, fue muy real, primeramente fue un hombre de familia”.

“El me dejó el amor a la Virgen”, recordó el Padre Vandemir.

Por su parte, Silvia dijo que “Ya era un signo su fecha de nacimiento, él nace el 12 de diciembre de 1904, en Santa María, Río Grande del Sur, y este día es el día de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América Latina, yo creo que ya allí la Virgen estaba presente desde su nacimiento”, señaló la doctora.

Su vida, un testimonio

Un hijo de inmigrantes italianos establecidos en el Sur de Brasil, Juan nació en Sao Joao do Polesine, estado de Río Grande del Sur, en una familia sencilla y piadosa, que rezaba el Rosario todas las noches. El tercero de nueve hermanos, con 10 años de edad le dice a su padre que le gustaría hacerse sacerdote. Por eso, empieza sus estudios en el seminario de los Padres Palotinos en Valle Veneto, no lejos de su ciudad natal.

Después de unos 10 meses allí, decide regresar a su casa, debido a su débil salud física. A los 14 empieza a tener serios problemas de vista así que no puede continuar sus estudios escolares. Por la misma razón, es considerado inhabilitado para el servicio militar.

Años más tarde, Juan dirá sobre su salud: “Dios, en su bondad infinita, no me consideró incapaz. Me utilizó como soy y me confié a su Madre para la Campaña del Santo Rosario. Nadie es incapaz de servir a Dios”.

Juan se casa a los 23 años y tiene dos niños, pero a los 28 años su mujer muere. Se había mudado a la ciudad de Santa María durante la enfermedad de su mujer. Es en esta ciudad que, a los 32 años y con dos niños pequeños, decide casarse con Victoria Filipetto, con quien tiene otros cinco hijos. Deja su ocupación de campesino para abrir una pequeña tienda en el frente de su casa. Se vuelve muy respetado por las personas de su ciudad, especialmente gracias a su honestidad. Padre de siete hijos, al que llamaba sus siete gracias.