“Jóvenes ¡abran la puerta de la jaula y salgan a volar!”, Papa Francisco

jueves, 6 de mayo de 2021
image_pdfimage_print

06/05/2021 – En un nuevo programa de “Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia” seguimos, junto a nuestro Director el padre Javier Soteras, recorriendo los puntos del Quinto Capítulo de la Exhortación Apostólica «Cristo Vive» del Papa Francisco dedicada a los jóvenes.

“En contra de los sueños que movilizan decisiones, siempre existe la amenaza del lamento, de la resignación. Esto lo dejamos para aquellos que siguen a la “diosa lamentación”. Es un engaño: te hace tomar la senda equivocada. Cuando todo parece paralizado y estancado, cuando los problemas personales nos inquietan, los malestares sociales no encuentran las debidas respuestas, no es bueno darse por vencido. El camino es Jesús: hacerle subir a nuestra barca y remar mar adentro con Él. ¡Él es el Señor! Él cambia la perspectiva de la vida” (141)

Aquí el Papa Francisco hace énfasis en la amenaza del lamento y, sobre esto, el padre Javier explicó que San Ignacio de Loyola, y luego San Alberto Hurtado, coinciden en que, al iniciar la marcha de un nuevo camino en los proyectos que Dios les proponía, todos los diablos comenzaban a ir en contra: “Lo que el Papa Francisco dice que cuando
se despiertan los sueños del alma comenzamos a transitar el camino que nos lleva a la realización de los proyectos que tiene preparado Dios para nosotros y el cumplimiento de sus promesas”.

Además, agregó que, mientras aparece el Buen Dios inspirando, el mal espíritu atenta contra su obra para impedir que se realice, ya sea por envidia o por odio: “Entonces, como dice el Papa Francisco, es tiempo de subirnos a la barca de Jesús, y descubrir en su palabra, en su enseñanza y en su testimonio, en Él sí todo lo podemos y que no hay dificultad que aparezca en el camino que no sea, justamente, una posibilidad para poder crecer, madurar y fortalecer nuestras decisiones”, dijo el padre Javier y resaltó que, en nuestra lucha interior, nos hacemos fuertes en Dios para poder ir por donde el Padre nos conduce.

Hay que perseverar en el camino de los sueños. Para ello hay que estar atentos a una tentación que suele jugarnos una mala pasada: la ansiedad. Puede ser una gran enemiga cuando nos lleva a bajar los brazos porque descubrimos que los resultados no son instantáneos. Los sueños más bellos se conquistan con esperanza, paciencia y empeño, renunciando a las prisas. Al mismo tiempo, no hay que detenerse por inseguridad, no hay que tener miedo de apostar y de cometer errores. Sí hay que tener miedo a vivir paralizados, como muertos en vida, convertidos en seres que no viven porque no quieren arriesgar, porque no perseveran en sus empeños o porque tienen temor a equivocarse. Aún si te equivocas siempre podrás levantar la cabeza y volver a empezar, porque nadie tiene derecho a robarte la esperanza” (142)

Perseverar en el camino de los sueños frente a la ansiedad, es lo que destaca el Papa Francisco. Al respecto, el padre Javier expuso que, si uno aprovecha lo positivo, puede también auto educarse o ser formado en la paciencia, en la serenidad, en la confianza y en la decisión paso a paso.

“Si bien es poner todo como si dependiera de nosotros, tenemos que tener la certeza de que todo depende de Dios, y las obras de Dios hacen siempre tramo por tramo y de manera incansable trabaja para llevar adelante su proyecto”, remarcó.

“¡Hagan lío!”

“Jóvenes, no renuncien a lo mejor de su juventud, no observen la vida desde un balcón. No confundan la felicidad con un diván ni vivan toda su vida detrás de una pantalla. Tampoco se conviertan en el triste espectáculo de un vehículo abandonado. No sean autos estacionados, mejor dejen brotar los sueños y tomen decisiones. Arriesguen, aunque se equivoquen. No sobrevivan con el alma anestesiada ni miren el mundo como si fueran turistas. ¡Hagan lío! Echen fuera los miedos que los paralizan, para que no se conviertan en jóvenes momificados. ¡Vivan! ¡Entréguense a lo mejor de la vida! ¡Abran la puerta de la jaula y salgan a volar! Por favor, no se jubilen antes de tiempo”. (144)

El Papa Francisco nos recuerda: “No renuncien a lo mejor de su juventud. Dejen brotar los sueños y tomen decisiones. Hagan lío” y nos invita a vivir al máximo el tiempo presente. Sobre esto, el padre Javier resaltó la importancia de no perder la capacidad de admiración que ha de estar en el corazón del joven para que a los sueños que se contemplen, se le sumen otros que nacen del encuentro con todo aquello que rodea la vida que Dios nos regala.

“Contrariamente a lo que muchos piensan, el Señor no quiere debilitar estas ganas de vivir. Es sano recordar lo que enseñaba un sabio del Antiguo Testamento: «Hijo, en la medida de tus posibilidades trátate bien […]. No te prives de pasar un buen día» (Si 14,11.14). El verdadero Dios, el que te ama, te quiere feliz” (145)

Haciendo referencia a este punto, el padre Javier dijo: “Hay que celebrar las bondades que la vida nos da, donde tomamos fuerzas para que todo lo que aparezca como una dificultad, termine siendo un gran desafío. Así tiene que vivir un joven”.

Otro de los puntos en el que nos detuvimos fue el 147 del documento del Papa que dice:

“Está claro que la Palabra de Dios te invita a vivir el presente, no sólo a preparar el mañana: «No se preocupen por el mañana; el mañana se preocupará de sí mismo; a cada día le basta con lo suyo» (Mt 6,34). Pero esto no se refiere a lanzarnos a un desenfreno irresponsable que nos deja vacíos y siempre insatisfechos, sino a vivir el presente a lo grande, utilizando las energías para cosas buenas, cultivando la fraternidad, siguiendo a Jesús y valorando cada pequeña alegría de la vida como un regalo del amor de Dios”.

El p. Javier Soteras es el Director de Radio María y nos acompaña cada semana en este espacio

El padre Javier comentó que, “hay que aprender a gozar en el hoy porque el mañana será tan bellamente como el hoy  con desafíos semejantes, pero será otro día”. Recordó que aquí entra el discernimiento: el mal espíritu tiene dos formas de sacarnos del camino: por un lado, llevarnos hacia el pasado, recordándonos viejos pecados y, por otro lado, proyectarnos mal el futuro llenándonos de preguntas, de miedos e incertidumbres”.

El mal espíritu tiene un solo cometido: sacarnos del presente. “Hoy es el día de la salvación, hoy es el día de la plenitud, el mañana no llegó y el ayer ya pasó. Por eso la insistencia de vivir el hoy como parte de la eternidad en la tierra, sabiendo que el ayer ya fue redimido y el mañana será tiempo de las promesas que Dios nos pone en el corazón para animarnos serena y confiadamente a caminar en Él”, puntualizó el padre Javier.

Te invitamos a escuchar el programa completo al inicio de la nota.