La crisis como oportunidad para reconstruir la vida

02/08/2021 – En el ciclo “Reconstruir desde el amor” el padre Luis Albóniga nos animó a reconocer aquellas situaciones de crisis en donde descubrimos la presencia del Señor y a vivirlas como oportunidad para renovarnos desde el amor.

“Es importante identificar el tiempo de crisis y reconocer que no son fáciles pero son una oportunidad para reconstruir. Son momentos de transición, de inflexión, de giro en nuestra vida en los cuales, si nos abrimos en la fe al Señor, con su gracia y su amor podemos hacer retoques importantes en nuestra vida“, comenzó diciendo el padre Luis.

El padre Albóniga citó también al Papa Francisco cuando en la Plaza de San Pedro dijo que “la tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, nuestras rutinas y prioridades” (Atrio de la Basílica de San Pedro, viernes, 27 de marzo de 2020).

“La palabra ‘crisis‘ -señaló el padre Luis- viene del verbo ‘krino’ y representa la ‘criba’ que limpia el grano de trigo después de la cosecha. La crisis es un tamiz que separa lo que es bueno. Otra imagen es la del crisol. Es decir, ese recipiente en el que se calientan los metales para con el fuego se purifiquen y quede separada la escoria y salga lo mejor, lo más auténtico del metal.”

El padre Luis, recordó las crisis de algunos personajes bíblicos, como por ejemplo, Abraham, José, Moisés y Elías y nos trajo además el ejemplo del mismo Jesús que debió también enfrentar sus crisis como fueron las tentaciones: “El adversario le hace experimentar los caminos alternativos al plan de Dios que sonaban prometedores y auspiciaban una vida de pompa y poder. El hambre y la debilidad pusieron a prueba su fortaleza y lo dejaron vulnerable ante el misterio de su misión. Pero, aunque le faltó el pan, no le faltó el alimento. Jesús supo alimentarse de la Palabra de Dios y nutrir su corazón para no perder el rumbo y no caer en la tentación.”

“Y una crisis semejante se hizo nuevamente presente en la hora de la Pasión. Allí en Getsemaní el Señor sintió soledad, miedo, angustia, traición, agotamiento… todos los sentimientos que también atrapan nuestros corazones en las crisis y que se hicieron presente en aquella hora. Jesús oró, con sudor y lágrimas, pidiendo que pasara ese cáliz, pero se entregó activamente en la confianza a la voluntad del Padre.” 

El padre Luis Albóniga nos acompaña cada semana en este espacio, desde Mar del Plata

Siguiendo al Papa, el padre Luis nos invitó también a “no confundir la crisis con el conflicto ya que trata de dos realidades diferentes: La crisis, generalmente, tiene un resultado positivo, mientras que el conflicto siempre crea contraste, rivalidad, antagonismo que amenaza con no tener solución. Cuantas veces, en familia, nos sumergimos en la oscuridad del conflicto y los hermanos se separan.

San Pablo nos enseña que “llevamos un tesoro en vasija de barro, para que quede claro que ese poder tan extraordinario proviene de Dios y no de nosotros” (2 Cor 4,7).

“Somos vasijas de barro, no debemos olvidarlo. Pero con un tesoro dentro que es la fuerza de Dios, que es la vida de Dios y por eso, aunque nos veamos frágiles y nos sintamos muchas veces impotentes sabemos que nuestra fortaleza está en el Señor que nos ama”.

“En las crisis es muy importante la oración -señaló el padre Luis-. Orar siempre y sin desanimarnos. Llevar la crisis a la oración y dejar que la oración nos adentre con más fuerzas en la crisis. En la oración se hace la luz para descubrir con más claridad del camino. Con la oración encontramos el consuelo que rompe con nuestro aislamiento y nos hace sentir la mano fuerte de Dios que nos sostiene”.

“Es verdad que a veces la crisis es oscura y nos cuesta encontrar el camino. Pero siempre volverá a amanecer y aparecerá el lucero del alba que anuncia que el sol reaparecerá en nuestra vida”.

Podés escuchar el programa completo junto al padre Luis Albóniga en el audio al inicio de esta nota.