La ley, un camino, una pedagoga en Cristo

miércoles, 27 de marzo de 2019
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No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.  Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.  El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos.  En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.

Mt. 5, 17 – 19

28/03/19.- Jesús afirma yo no he venido a abolir la ley, he venido a darle su cumplimiento. Yo no he venido ni abolir la ley ni los profetas. Es decir no he venido a terminar con el Antiguo Testamento.

El Antiguo Testamento cuando se lo quiere sintetizar se dice que corresponde a éstas dos grandes instituciones: a la ley y a los Profetas. Por lo tanto la no abolición ni de la ley ni de los profetas corresponde al no terminar con el Antiguo Testamento. Jesús no solamente es continuidad del Antiguo Testamento sino que es su pleno cumplimiento y esto se da en particular en el Evangelio de Mateo.

Lo hemos dicho en otras oportunidades. Mateo escribe su Evangelio a una comunidad judía. Este es el destinatario de su catequesis. Sin embargo ésta destinación de la catequesis a los judíos lo pone a Mateo en situación de mostrar y hacer presente que Jesús es el que lleva a término todas las promesas hechas en el Antiguo Testamento.