“La Niña a quien dijo el Ángel”

lunes, 24 de diciembre de 2018
image_pdfimage_print

24/12/2018 – El poeta español Lope de Vega relata bellamente, en estos versos, la íntima comunicación entre la joven María y su Niño recién nacido:

La Niña a quien dijo el Ángel

que estaba de gracia llena,

cuando de ser de Dios madre

le trajo tan altas nuevas,

ya le mira en un pesebre,

llorando lágrimas tiernas,

que obligándose a ser hombre,

también se obliga a sus penas.

¿Qué tienes, dulce Jesús?,

le dice la Niña bella;

¿tan pronto sientes mis ojos

el dolor de mi pobreza?

Yo no tengo otros palacios

en que recibirte pueda,

sino mis brazos y pechos,

que te regalan y sustentan.

No puedo más, amor mío,

porque si yo más pudiera,

vos sabés que vuestros cielos

envidiarán mi riqueza.

El niño recién nacido

no mueve la pura lengua,

aunque es la sabiduría

de su eterno Padre inmensa.

Mas revelándole al alma

de la Virgen la respuesta,

cubrió de sueño en sus brazos

blandamente sus estrellas.

 

Ella entonces desatando

la voz, regalada y tierna,

así tuvo a su armonía

la de los cielos suspensa.

Pues andás en las palmas,

Ángeles santos,

que se duerme mi niño,

tengan los ramos.

Palmas de Belén

que mueven airados

los furiosos vientos

que suenan tanto.

 

No le hagan ruido,

corran más paso,

que se duerme mi niño,

tengan los ramos.

El niño divino,

que está cansado

de llorar en la tierra

por su descanso,

sosegar quiere un poco

del tierno llanto,

que se duerme mi niño,

tengan los ramos.

Rigurosos yelos

le están cercando,

ya ven que no tengo

con qué guardarlo.

Ángeles divinos

que vas volando,

que se duerme mi niño,

tengan los ramos.