La obediencia de la fe

lunes, 18 de febrero de 2019
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18/02/19.- Esta generación, dice Jesús, pide un signo y no se le dará ningún signo, en realidad habría que traducir esta generación exige un signo y no es por el camino de la imposición que se establece el vínculo de comunión con la persona de Jesús, por eso no se puede dar ningún signo bajo este modo de relación de exigencia. Así como tampoco El señor exige el vínculo con El, siempre es el ámbito de la libertad, donde se plantea la relación. No es por el camino de la imposición, el evangelio por donde uno lo mire es propuesto y en esa proposición evangélica de buena noticia, puede uno desde la fe entrar en la dimensión de las exigencias que supone esta relación. El punto de partida no es la imposición.

Es un camino de fe, en libertad. La fe nace de un corazón obediente, obedecer es someterse libremente. Esto que pareciera una contradicción y que uno a lo largo del camino de fe descubre que no lo es, el hecho de someterse en libertad a la palabra escuchada, porque la verdad está garantizada por Dios, la verdad con mayúsculas, la verdad misma. De esta obediencia Abraham es el modelo que nos propone la sagrada escritura y María la realización mas perfecta.

En aquel tiempo, se acercaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús, pidiéndole una señal del cielo, con la intención de tenderle una trampa.  Jesús, suspirando profundamente, dijo:  “¿Por qué pide esta generación una señal?.  Les aseguro que a esta generación no se le dará ninguna señal”. Y dejándolos, volvió a embarcarse y se dirigió a la otra orilla”.

Marcos 8, 11 – 13