La pedagogía de la pregunta

viernes, 16 de abril de 2021
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16/04/2021 – La pedagogía de Dios fue el tema en el encuentro que mantuvieron el padre Javier Soteras y el rabino Marcelo Polakoff. El diálogo partió desde el libro del Génesis en el capítulo 3, versículo 9: “Mas el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?”. “Esta es la primera pregunta que aparece en la Biblia en boca de Dios. La escena ocurre en el jardín del Edén, con Adán y Eva como protagonistas.  Ellos se escondieron de Dios por vergüenza y miedo después de haber pecado. Y más adelante siguen las preguntas divinas: “¿Acaso no habrán comido del árbol que les prohibí?”. Ante esto, Adán y Eva se excusan y culpan a la serpiente. Estas preguntas de Dios abrne un escenario nuevo. Dios quiere saber y le permite que ellos expliquen lo ocurrido, pero Adán y Eva prefieren evadir”, afirmó Marcelo.

Y compartió el padre Javier: “Dios pregunta, no porque no sepa, sino para que el hombre también sepa, para que el hombre obtenga una sabiduría escondida. En el  tiempo pascual, Jesús se aparece a las mujeres, a los discípulos de Emaús y a los pescadores. Por ejemplo, al matrimonio de Emaús les pregunta. “¿De qué hablaban por el camino?”. Esto pone a sus interlocutores de cara al límite y eso es ponerlos cerca del misterio”. Con su madre, en el capítulo 2 del evangelio de san Juan, en la ciudad de Caná de Galilea, Jesús se deja interpelar por María. Ella es la que le pregunta y le dice que ha llegado su hora, que en definitiva es su pascua. “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del Hombre?” es otra pregunta que Jesús le  hace a sus amigos. El Señor tiene un estilo parecido al del filósofo griego Sócrates”.

Polakoff añadió: “Y más adelante aparecen otras preguntas, como la que Dios le hace a Caín tras asesinar a su hermano Abel: “¿Dónde está tu hermano?”. Y Caín responde: “¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”. Otras preguntas interesantes aparecen con Abraham en el episodio de Sodoma y Gomorra. Es Abraham que negocia con Dios a través de varias interrogantes”.  Ante esto, el padre Soteras dijo: “Abraham aprendió cómo preguntarle a Dios, tras las fallidas respuestas de pasajes bíblicos anteriores”.

El rabino que acompaña a la comunidad judía de Córdoba expresó que “la elección divina que hay en la Torá sobre Moisés para volver a Egipto y liberar al pueblo hebreo ocurre en el episodio de la zarza ardiente. “¿Por qué la zarza se quema y no se consume?”, se pregunta Moisés. Y es que allí estaba Dios que llama a Moisés. Esta pregunta de Moisés refleja cómo el hombre se sorprende al encontrarse con Dios. El asombro es una sensación que tenemos que fomentar desde nuestras religiones”. El padre Javier indicó que “en la tradición cristiana nos abrimos al misterio del Dios viviente que se encarna a través de María por medio de una pregunta. María dice: “¿Cómo será esto?”. Esta pregunta la hace ante el ángel que da a conocer el anuncio del nacimiento del Salvador. Y esta pregunta de la Madre de Jesús la lleva luego a cantar el Magnificat. Por eso hacerse como niños es abrirse a las preguntas que hacen los niños, esto nos pide Jesús. Es la pedagogía de Dios, la de la pregunta”.

Más adelante dijo Polakoff: “Todas las tradiciones no totalitarias valoran la pregunta. En cambio, los totalitarismos  no quieren preguntas, buscan la unicidad”. Y añadió Soteras: “Los totalitarismos no entran en la lógica de la pregunta. San Juan Pablo II ya hablaba de esto y hoy lo vemos en el mundo de las finanzas, de la administración global y de ciertas democracias que a veces no entienden que la naturaleza humana es vulnerable. Esto impide entender la realidad como un poliedro, tal como nos invita a hacer el papa Francisco”. Y cerró Marcelo: “Hay que saber decir no sé. Hoy se evita admitir que no se sabe, esto es algo que nos pasa porque el individualismo prima en nuestras sociedades. A pesar de la multiplicidad de medios y de tecnología, se van unificando las preguntas y eso no es bueno”.