La santidad sólo se construye desde el perdón y la relación con el otro

viernes, 18 de febrero de 2022
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18/02/2022 – Como cada viernes nos acompañó en “Sal y luz” María Cecilia Jaurrieta, de la Orden franciscana seglar.

En el programa de hoy concluimos con el tema del perdón y la reconciliación. Los mensajes de los oyentes recibieron una consideración especial sobre todos los que compartían experiencias de vida muy dolorosas. Para recapitular María Cecilia nos compartió un texto bello y clarificador:

El perdón es un don que se pide a Dios: no es un esfuerzo de olvido, de no aceptación o de negación sino una liberación interior para no someterse a las consecuencias de aquello que una vez nos hirió.
Sólo el perdón nos libera de la indiferencia, el resentimiento, el rechazo, la negación, el deseo del mal y del odio. Hay que perdonar para no seguir torturando el propio corazón.
• Si al menos no querés perdonar por el otro, hacelo por el bien de tu propio corazón, el cual no merece que siga sufriendo un viejo dolor.
Perdoná al otro por vos, al menos así tendrás más salud espiritual.
El perdón es una gracia que se pide a Dios y se recibe. No hace falta nada más.
• No es necesario ningún gesto para con el otro. El perdón no requiere necesariamente de reconciliación, la cual necesita de la presencia el re-encuentro, el diálogo, los gestos, el ” hacer las paces”, la convivencia, el otorgarse nuevamente una renovación de confianza mutua y brindarse recíprocamente una segunda oportunidad.
• La reconciliación siempre requiere del perdón, pero al perdón no le es necesaria la reconciliación. El perdón requiere solo a uno, la reconciliación a dos o más.
• Hay historias de las cuales no se vuelve. No hay vuelta atrás, no conviene resucitar viejas heridas y añejos traumas. Aveces es mejor dejar atrás todo y tomar otro rumbo. Para este tipo de situaciones hay que dar el perdón aunque no sea posible la reconciliación.
Perdoná por vos y tu corazón. Libérate de la historia de heridas que siempre vuelven, te arrastra al pasado y no te deja seguir. Libérate emocionalmente del recuerdo. Libérate psicológicamente del peso. Libérate espiritualmente de la culpa, la vergüenza, la angustia, la frustración y el miedo. Permitite ser otra. Cambia todo lo que necesitas.
Empezá de nuevo una y otra vez. No dudes de amar, después de todo, sólo el amor es la única realidad humana de la cual no tenemos que arrepentirnos. En el amor siempre encontrás la esperanza. En el amar hay siempre algo de felicidad.

Todo está conectado

A continuación reflexionamos sobre el punto 240 de la Encíclica Laudato Si‘. En ella el Papa Francisco nos recuerda que la persona humana mas crece, mas madura mas se santifica a medida que entra en relación, cuando sale de sí misma para entrar en comunión con Dios, con los demás y con todas las criaturas. 

Dice el Papa:

“Esto no sólo nos invita a admirar las múltiples conexiones que existen entre las criaturas, sino que nos lleva a descubrir una clave de nuestra propia realización. Porque la persona humana más crece, más madura y más se santifica a medida que entra en relación, cuando sale de sí misma para vivir en comunión con Dios, con los demás y con todas las criaturas. Así asume en su propia existencia ese dinamismo trinitario que Dios ha impreso en ella desde su creación. Todo está conectado, y eso nos invita a madurar una espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad” (Laudato Si 240).

La corrección fraterna según Santa Clara de Asís

Santa Clara es una maestra espiritual complementando, con su experiencia de abadesa de una comunidad, lo que transmitió San Francisco de Asís.

En principio que el que corrige es un pecador que ha sido perdonado. No se corrige desde una posición de superioridad sino desde el ser hermano, con las mismas fragilidades. No se corrige para humillar sino para el bien del otro y de la comunidad.

Para ambos santos la vida integra es la mejor corrección porque las virtudes le muestran al hermano como debe ser el proceder mas que con las palabras.

Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio que acompaña esta nota