Las máscaras

jueves, 1 de junio de 2017
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01/06/2017 – “Todo ser humano tiene en su interior, en su alma un sonido bajito, su nota; que es la singularidad de su ser, su esencia. Si el sonido de sus actos no coincide con esa nota, esa persona no puede ser feliz”, dijo la licenciada Ángela Sannuti, en la última emisión del ciclo de Psicoespiritualidad, que se emite todos los jueves en el programa “Hoy puede ser”.

En esta oportunidad, la especialista habló sobre “El coraje de ser lo que se es y no lo que se debe”, enfocándose en el tema de las máscaras que las personas utilizan inconscientemente para ser queridas y aceptadas.

“Lo propio del ser humano es el sentido critico del pensamiento, la libertad de sentir y la creatividad. Pero tenemos miedo al abandono, al desamparo. Por eso, cumplimos mandatos y somos lo que se espera de nosotros desplegando máscaras, utilizando personajes”, explicó Ángela.

“Crecemos con el miedo a disgustar, a no ser capaces, a no ser lo suficientemente buenos, a fallar; y ahogamos nuestra hermosa alma con la sensación de que hay algo que no funciona en nosotros; cuando en realidad, todos estamos llamados a desplegar nuestro propio potencial”.

La especialista sugirió mirar a los niños para entender mejor. Los niños son espontáneos, alegres, curiosos e inocentes, pero a medida que crecen van perdiendo esos dones y se transforman en adultos sombríos. Según la psicóloga, esto sucede porque el modelo de crianza y educación actual tiende a encorsetar a las personas que crecen en un clima de desaprobación, crítica y censura constante. “Así vamos escondiendo los verdaderos sentimientos y bloqueamos la capacidad de sentir para no sufrir. La espontaneidad vital se cercena por una adaptación forzosa y con el dolor enterramos también nuestros dones”, comentó. Luego dio una pequeña orientación para los padres: “Todo niño necesita la compañía de un ser humano empático para crecer y estabilizarse. Criar a nuestros hijos no consiste en reprochar sus comportamientos. Como papás debemos preguntarnos: ¿permitimos que nuestros hijos desplieguen su esencia, ese sonido bajito, o la bloqueamos?”.

Angela se refirió también a lo singular, a lo propio de cada uno. “Estamos cada vez más uniformados. La globalización impone los mismos deseos y los mismos sentimientos. Elegimos dentro de una jaula. Todo esta tan programado que creemos que elegimos. La originalidad esta marginada. Por eso, tenemos que despertar la inteligencia y la creatividad con un lenguaje propio y auténtico. Disfrutar de la grandeza de nuestro ser íntimo y descubrirnos para trascender las apariencias”.

Para seguir reflexionando, la especialista planteó estas preguntas: ¿Qué es lo que más muestro de mi para ser aceptado?, ¿Qué es lo que no me permito mostrar para no ser rechazado?