Las vocaciones contemplativas

martes, 13 de julio de 2021

13/07/2021 – En el ciclo de “Convocados”, el padre Pablo Savoia y Damián Barneche entrevistaron a la hermana Felicitas del Amor, carmelita descalza del Carmelo de Mar del Plata, mientras se habló de las vocaciones contemplativas. “Estamos recorriendo las distintas vocaciones en la Iglesia y hoy nos detenemos a las vocaciones de vida religiosa con su formato contemplativo. En los primeros siglos de la Iglesia el Imperio Romano perseguía a los cristianos pero esto cambió en el siglo cuarto. Hubo paz en esta época pero también surgieron quienes pidieron no relajar las costumbres y pidieron vivir con radicalidad el Evangelio. Ahí surgen formas de vida como los padres del desierto y los primeros monjes. Esto es el inicio de la vida monástica”, consideró el padre Pablo.

Barneche precisó que “las personas que tienen esta vocación imitan al Cristo orante en el monte. El papa Francisco al referirse a esto dice que son un signo de un eterno corazón orante, dice que son los guardianes de la gratitud y una rica fecundidad apostólica”. Luego la hermana Felicitas sostuvo: “En los carmelitas tenemos mucha tradición, todo nace en el monte Carmelo en Palestina. En nuestro origen tenemos un primer grupo de hermanos que deciden iniciar una vida de oración en ese monte. Luego se fue evolucionando hacia una forma de vida religiosa y todo migró a Europa especialmente. Teresa de Ávila es quien inició el Carmelo Descalzo”.

“Yo entré al Carmelo con 28 años, antes me recibí de psicopedagoga y trabajé varios años. Mir vida siempre fue normal, tuve novios, algunos con los que compartí la fe y otros que no, me encantaba bailar. Daba catequesis y participaba del movimiento de Jornadas. Siempre la vocación nace de momentos de plenitud y fue así que sentía que ya no alcanzaba con hacer cosas esporádicas para los hermanos, sentí que tenía que entregarme toda. Por supuesto que extraño a mis afectos pero mi comunidad son verdaderas compañeras de camino, el amor nos sostiene”, dijo la religiosa. “Nosotros no somos monjas de clausura sino contemplativas, buscamos un vínculo de intimidad con Dios desde la contemplación”, agregó.